Capitulo 2- Francotirador, Fuwa Oyamaneko

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-Canción del personaje: Pain.

-FLASHBACK-

(1997, Apartamentos Moe, en el balcón, distrito Depredador, 22:00. Un lince de ojos esmeralda miraba a la Luna) 

*Todavía me acuerdo de ese  día, el viento rozaba mi pelaje y las sirenas de policía retumbaban en el vacío de la noche. Yo en esos tiempos tenía como unos siete años, mis padres no ganaban una fortuna pero por lo menos su capital nos mantenía. Fue entonces en esa pertubadora noche  en la que los jefes de mi padre vinieron a casa, nunca me dijeron en que trabajaban pero ahora lo sé, ojalá hubiera sido consciente. Conseguí sobrevivir a esa masacre porque mis padres me escondieron en un closet, pude ver, oír e incluso sentir todo aquello, la sangre, los gritos y sobretodo la mirada que tenían mis padres al espirar su último aliento cuando ese francotirador les dió al intentar huir, yo me quedé paralizado y lloré pero no hice ningún ruido y fui valiente como mis padres me dijeron que fuera.

Cuando esos monstruos se fueron llamé a la policía y a las ambulancias, llegaron rápido pero no lo suficiente, todo estaba perdido, yo lo había perdido todo por culpa de un trozo de metal, y lo más gracioso de esto es que hoy en día soy un francotirador.

La policía me llevó para que contara lo sucedido y para protegerme de esos desalmados pero yo pasaba de aquello, sabía que me iban a llevar a un orfanato, como alma que lleva al diablo mes escabullí sin que me viesen y no volví. Pasé años criandome en las calles, incluso me hice un experto a la hora de robar, pero a pesar de que parece que me adapté perfectamente la vida volvió a darme otra de sus apuñaladas, un ladrón me acosó sexualmente, llegó a tocarme haciéndome quedar ciego de un ojo y juré que ningún hombre más lo haría, lo único bueno de aquello si pienso demasiado positivo es que impongo más con un parche.*

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*Pasado aquel mal recuerdo, a los 17 años decidí buscarme un trabajo, me uní a un clan criminal, la verdad no se lo que espero de la vida si es que yo me lo busco, claro que no todo. Empecé a entrenarme con las armas de fuego, en particular me interesó ser el francotirador, cosa difícil por mi estado y porque una persona normal que haya vivido lo que yo pensaría que va encontra de sus principios, pero yo no soy normal, lo hago como recuerdo de lo que pude haber sido.

Cuando gané suficiente dinero decidí irme de allí, solo en ese caso ya me di cuenta que de esa manera solo pisoteaba en lo que mis padres creían y ya que eran francotirador al menos trabajaría para aquellos que intentaron ayudarme, la policía.

Tuve el placer de conocer a la que sería mi jefa, ha cambiado mucho gracias a ese toro, antes era fría y en sus ojos ardía las ganas de venganza, tanto que le nublaba el juicio, eso me gustaba, pero ahora es solo seria y amorosa, no cambiaré por nadie nunca.*



Comisaría DCPDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora