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Lo había conocido hacía poco, pero ella ya sentía que eran amigos desde siempre.
Cada vez que ella iba a ese pequeño lugar donde sabía que él siempre estaba, las piernas empezaban a temblarle, a pesar de intentar controlarlas. Pero cuando entraba y lo veía ahí, y comenzaban a hablar todo dejaba de bullir en su interior y sentía una paz que nunca antes había experimentado.
Al principio (las dos primeras veces que lo vio) no le dio importancia, siempre había sido tímida y nerviosa, en muchas ocasiones se exaltaba. Pero cuando se dio cuenta que cada vez que él hablaba su alma sonreía comenzó a preocuparse. No quería sufrir un amor no-recíproco y menos con él, que era más grande que ella y quizá tenía toda su vida formada.
Pero cómo la miraba...
Cómo le sonreía...
Cómo le hablaba...
Estando con él, ella podía ser ella sin miedos, contar todo lo que sabía, demostrar que era diferente a todas las demás personas. Igual que él...

¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora