¿Amor?

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¿Cómo podría explicarte...? No, en realidad no hay palabras para explicar esto.
Si existen palabras para agradecerte por las pocas veces que nos hemos visto y aún así han sido encuentros fructíferos. Aprendo mucho a tu lado. Aprendo a quererme un poco más, aprendo a no tener vergüenza de ser como soy, vos lo entendes porque sos igual a mí.
Encontré todo lo que siempre quise tener.
Quizá nuestros encuentros sólo sean casuales y jamás desemboquen en algo, y aunque eso me dolería, creo que lo entiendo.
Pero si tenés la mínima duda, esa pequeña duda de querer saber qué se siente salirse de lo habitual, hablar apasionadamente de algo en particular, yo siempre voy a estar dispuesta a escucharte, a responderte.
Te agradezco también porque me hiciste sentir sin ponerme un dedo encima, cosas que hacía mucho tiempo no sentía. Y eso tiene un precio muy alto.
Me disgustaría saber que sos preso de la rutina, de tu familia si es que la tenés, de todo eso que carcome la esencia de las personas. Por eso yo siempre voy a estar acá, pequeña y callada, lista para acudir a ayudarte siempre que lo necesites.
Ojalá coincidamos en sentimientos y esto sea recíproco. Pero si no es así, quiero decirte que sos increíble así como sos, y por favor, que nadie te cambie...