CAPÍTULO 1 (Parte 4): ¿Nos vamos a Lancaster?

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Sarah's POV.

Despierto cuando siento que alguien me sacude repitiendo "Sar, despierta" , abro los ojos y lo primero que veo es la cara de mi madre.

-¡Por fin!-Exclama, ¿Cuanto tiempo habrá estado aquí?- Con tu papá nos vamos a ir a una reunión de último momento, se van a quedar solas como hasta las-Miró en su reloj la hora-las 16:00 supongo, no creo que tardemos más.

-Okay, ¿Que hora es?

-Las 11:30. Es tarde, me voy.- Dicho esto me dio un beso en la mejilla y salió de mi habitación.

Supongo que tengo que despertar a Abby.... Oye, conciencia sin nombre, ¿Estas pensando lo mismo que yo?

Serás estúpida, obvio estoy pensando lo mismo que vos, ¡¡VIVO EN TU CABEZA!!.

Oh, cierto. Bueno entonces hagamoslo.

Salí de mi habitación y caminé escaleras abajo para salir al patio y llenar un balde con agua fría, una vez estuvo lleno entré de nuevo hasta la habitación de Abby. Comencé a abrir lentamente la puerta para hacer el menor ruido posible, una vez estuvo completamente abierta veo a Abby sentada como indio en su cama comiendo unos cereales.

Mierda, otra broma que nos sale mal. Abby es muy inteligente, hay que eliminarla.

Tenés razón conciencia, tenés razón. Abby dirigió su mirada hasta donde yo me encontraba parada como idiota pensando como hacerle una broma bien.

-¿Se te perdió algo?- Me preguntó intentando sonar seria pero con una sonrisa burlona en su cara.

-¿Hace cuanto estas despierta?-Le pregunte ignorando por completo su pregunta.

-Desde que mamá me despertó.

-Y eso fue hace...

-Como una hora.

-Bueno, me voy a desayunar.

Salí de su habitación con el balde de agua todavía en mis manos para después apoyarlo al lado de la puerta de mi habitación como recordatorio de algún día bajarlo.

Si claro, eso decís siempre.

Callate, no me dejes mal con las lectoras. En fin, bajé dando saltos las escaleras y me fui a la cocina, agarré una caja de cereales y un yogur de la heladera y lo serví en un tazón bastante grande. Con el tazón en mis manos me fui a sentar a uno de los sofás de la sala de estar y prendí en el televisor Netflix; puse una película al azar y ahí me quedé hasta que terminé los cereales.

-Agh, ¡Aburridoo!-Exclame para mi misma viendo la película. Apagué el televisor y llevé el tazón donde había comido hasta la cocina, lo lavé y guardé y volví a subir las escaleras hasta mi habitación.

Sigo sin entender para qué haces ejercicio si subís y bajas estas escaleras ochenta mil veces al día, ¿No te cansa? Yo estoy agotada y eso que solo soy tu conciencia.

Desastre InternacionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora