Esclava de sus propias palabras.

Capítulo 1.

Lo reconozco me dan miedos los cambios, suena irónico porque si me paro a pensar un momento en mi vida... ha dado un giro completo de 180 grados. He pasado de ser una niña pequeña; alegre, risueña, segura de sí misma a la que no le importaba nada de lo que el resto pudiera decir, inquieta, única y sobre todo feliz... A ser insegura y pensar las 24 horas ''¿Que dirán si hago esto?, ¿Qué dirán si me pongo esto?, ¿Por qué me miran? ¿Estarán diciendo algo de mí?, siempre atenta a que dirán terceras personas, borde y fría a veces, demasiado impulsiva, orgullosa. Con esto no quiero decir que no sea feliz, no, solo a veces...

Siempre he sido una niña de complexión delgada, fuí creciendo y con 8 años empecé a coger peso exageradamente, estuve haciéndome revisiones durante mucho tiempo me advirtieron que podía bajarme la regla a esa edad, fui odiando mi cuerpo y eso aumentaba a la vez que mi cuerpo seguía creciendo, a los 9 años seguía con los médicos y una vez tuve tan mala suerte que me tocó la típica pediatra vieja y amargada que me preguntó:

- ¿Haces algún deporte?

- Natación. - le dije orgullosa

- ¿Natación? - dijo extrañada- ¿Tú has visto alguna vez una nadadora obesa? Porque yo es la primera vez que tengo una delante.

Esas asquerosas y duras palabras estuvieron sonando en mi cabeza demasiado tiempo, me acomplejé, inconscientemente dejé que esa mujer me hundiera... en el colegio, 5º y 6º de primaria mi autoestima desapareció en cero coma, llegó un momento que me ponía mala solo de pensar que llegaba la hora de clase, todos los días pasaba por lo mismo... era entrar en clase y mi querida tutora siempre buscaba cualquier cosa para dejarme en ridículo delante de todos, si ya de por sí era insegura esto acabó con la poca confianza que tenía en mí, todos los días escuchando que no servía para estudiar, que era una vaga, que a saber de qué iba a vivir en un futuro... ese mismo año mi abuela murió, estábamos muy unidas, y era el primer ser querido que perdía, no comprendía nada y a mediados de 6º de primaria me detectaron el trastorno de déficit de atención, llegué al instituto y me costó mucho adaptarme, tuve que repetir el primer año y todo era una cadena...

A día de hoy tengo 15 años he pasado por muchas cosas que prefiero guardarme, como siempre hago... encerrarme en mi misma y no abrirme con nadie, quedarme con toda la mierda para mí hasta que exploto, sigo siendo insegura pero un poquito más feliz, soy demasiado impulsiva con quien no se lo merece y lo peor de todo es que a las horas me arrepiento de lo que haya podido decir o hacer y por mi estúpido orgullo no me sale el decir; lo siento... esas dos simples palabras se me hacen muy difícil de pronunciar, aunque cara a cara todas las palabras me resultan complicadas de decir...

Otro día más suena el despertador de mi móvil, es septiembre y en una semana empezamos las clases... Hoy no se como me siento pero sé que no tengo la suficiente fuerza para comerme el mundo, ya veremos como transcurre la mañana.