Nueva etapa

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-Lo llevas todo Valeria?- preguntó mi padre, ayudándome a bajar las maletas del coche.
-Sí papa ya lo tengo todo, debería ir entrando ya..- dije apunto de llorar.
-Te voy a echar de menos hija, llámame.-me dijo dándome un abrazo de esos que me calmaban y que más echaría en falta.
-Te llamo en cuanto llegue, nos vemos.- cogí mis maletas y entre a la Terminal 1, dónde cogía mi avión con destino Barcelona.

Llevaba viviendo en Londres desde que tenia 8 años, desde que mis padres se separaron y mi padre decidió irse a Londres, llevándome con él  ya que le tocó la custodia.
Decidí irme a estudiar la carrera a Barcelona ya que mi madre vivía ahí, mi ciudad natal, y así podría volver a mis raíces y estrechar lazos con ella.

Después de unas 2 horas de vuelo, llegué a Barcelona. Creo que en mi vida he estado tan nerviosa, sentía que me iva a salir el estómago por la boca. Vería a mi madre después de 10 años.
Quedé con ella a las 4:30 en la puerta de la Terminal 2. Salí con todas las maletas, incluidos mis nervios pero no vi a nadie familiar. De repente una voz en mi espalda me susurró:
-Val, eres tu?- me giré y ahí estaba ella. Con sus ojos color miel y su pelo castaño rizado. Con lágrimas en los ojos nos abrazamos y perdimos la noción del tiempo.
Después de un rato nos separamos y me ayudó a guardar las maletas en su coche.
-Como me alegro que te decidieras a estudiar aquí, no sabes como te he echado en falta, cariño.-me dijo con una sonrisa inmensa en los labios, la sonrisa que durante 10 años eché de menos.-Roberto te va a encantar, está esperándonos  en casa.- Mi madre se casó hace 4 años con un empresario y vivía mas feliz que una perdiz.-Tiene un hijo que también se instalará con nosotros la semana que viene, el empezará 2 de carrera.

Me quede pasmada, sin saber que decir.- Por qué no me dijiste nada antes? Esperaba un poco de sinceridad al menos.-le dije un poco molesta.
-Val lo siento cielo, pensaba que si te decía eso no vendrias..-dijo con un tono de arepentimiento en su voz.
- Está bien mamá, dejémoslo así.-dije pasando del tema.
-Te tengo una sorpresa al llegar a casa, espero que te guste.- mi madre y sus sorpresas.
Al llegar a la casa, que por cierto era grande, demasiado grande para 4 personas.
Bajamos las maletas y fuimos a abrir la puerta, me pasó las llaves para que la abriera. En cuanto la abrí, grité como nunca antes lo habia hecho. Ahí estaban mis amigas de siempre; Ainara, Ahinoa y Elena. No me lo podía creer, las abracé y empecé a llorar, no me pude contener.
-No sabes lo contentas que estamos de que estés aquí.-dijo Ahinoa sin poder dejar de sonreir.
- Demasido tiempo sin vernos.-me dijo Ainara abrazandome.- Aunque habláramos por internet no era lo mismo.
-Lo mismo que ellas te digo Val.- dijo Elena, seguia como siempre, tan pasota y tan poco cariñosa.- No estamos aquí para llorar, te dejamos que te arregles y te ordenes todo, que a las 11 te pasamos a buscar, que nos vamos de fiesta.-me quede flipando, enserio me querian llevar de fiesta? Acababa de llegar de viaje por dios.
Miraba a las tres y estaban sonriendo y poniendo cara de corderitos, no podía decir que no.
- Está bien.- dije.- Mamá, te importa que salga?
-Claro que no hija, disfruta lo máximo que puedas antes de empezar a estudiar-me contestó sonriéndome.
-Bueno Val, nosotras nos vamos que tambien nos tenemos que arreglar.-dijo Ainara de lo más feliz.
-Eso que hoy hay cacería!.-dijo Elena mientras empujaba a las demás por la puerta para salir, se iban diciéndome adiós con la mano y riendo como unas locas. Cómo las había echado de menos.

Después de ver toda la casa y colocar toda mi ropa en mi vestidor, sí tenia vestidor y baño privado, aunque no era tan privado ya que lo compartia con la habitación de al lado.
Me duché y arreglé con un mono rojo y unas sandalias de plataforma negras.
Bajé a cenar y me encontré a mi madre abrazando a un hombre, suponia que era Roberto.
-Tú debes ser Valeria,no? Tienes los mismos ojos que tu madre.- me dijo con una amplia sonrisa y dándome dos besos.
-Encantada de conocerte Roberto.- le contesté con mi mejor sonrisa, parecia ser un hombre encantador.
-Me encanta que os conozcáis ya.-dijo mi madre entusiasmada.-Val, tienes la cena en la cocina, pásatelo bien con tus amigas, no vengas tarde.- me dijo dándome un beso.
-Buenas noches Valeria, que disfrutes.-me dijo Roberto subiendo las escaleras con mamá.

Después de cenar, me lavé los dientes y acabe de retocarme. Justo cuando acababa, llamaron al timbre, abrí la puerta y me encontré a mis amigas esperándome sonrientes.
Hoy estaba lista para empezar mi nueva vida, dónde nadie me conocía y podía empezar a disfrutar sin que nada me preocupara.

-Estás lista?-me preguntó Ainara.
Le contesté con la más sincera de mis sonrisas y me subí en aquel coche con un destino desconocido, pero con diversión asegurada

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