Capitulo 4

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Cuando sali de mi casa no sabía que hacer, el día se había puesto frio y estaba empezado a llover.
Me puse a pensar un rato. Se supone que me voy de la casa para que nadie me encuentre...necesito cambiar físicamente para asegurarme de que no me reconozcan...
Avancé hacia la multitud, en dirección a una peluqueria. Al entrar, me muestran una revista con varios estilos de corte.

-Quiero el sexto, por favor
-Claro

Dicho esto me quede mirando fijamente como mi cabello iba callendo, cada rizo dorado iba siendo cortado hasta ya no poder salir por detras de mis orejas, hasta ya no notarse más.
Mi cabello siempre habia sido rizado, pero solo en la parte de abajo, pues en mi craneo era liso, y era asi como aparentaba que se quedaria para siempre. Aparte de eso, mi cabello tenia un color no muy usual, era algo así como un amarillo desvanecido, pero al revés. Su parte oscura se encontraba en la parte de arriba y la clara, obviamente abajo.

Al salir de allí, no sabía a donde ir, ni que hacer. La culpa se adueñaba de mi, yo sabía, y no hacia nada al respecto. Había matado a una persona, y no a cualquiera...a mi padre. Y aunque lo había hecho en mi defensa, me sentía como una criminal. Y me pongo a pensar...que pasara cuando mi madre llegue y vea a mi padre ahí tirado, sangre derramada por todas partes...
-¡Te llamará imbécil! - Digo para mis adentros y rápidamente le quito la Sim-Card a mi celular.
Estaba agotada y desesperada, busqué una silla en donde sentarme. Al encontrarla, fui hacia ella, me tire sobre el asiento descargando todo mi peso en la silla como si fuera una pobre vagabunda.
Decido ir con Analisse para recibir un poco de sus sabios consejos. Al llegar a su casa, tuve que esperar a Analisse un rato pues ya había entrado a la universidad hace unos días. Rut, su madre, no paraba de observarme con sus grandes ojos verdes como si supiera algo de lo que había pasado, casi acusandome de algo que bien sabía yo que era: que me he escapado de casa, que maté a mi padre, entre otros...
- ¡O tal vez es por el hecho de que estes tan cambiada pendeja!...solo se que te mira por todos los motivos menos por las gafas o por tu inusual corte.
Sacudí mi cabeza.
Me estaba volviendo loca, las pequeñas voces que estaban en mi mente no me dejaban concentrar, esas pequeñas voces que habitaban en mi no me dejaban en paz, invadían mi cabeza con pensamientos estremecedores y psicópatas, con unas fuertes ganas de levantarme del sillón de aquella sala y matar a todo el mundo, decapitarlos, arrancar cada órgano de su ser.

-¿April?-Dice Analisse sacandome de mis pensamientos
-Hola...Nesecito hablarte
-Claro
-Nesecito tu sabio consejo

Analisse me toma del brazo y me lleva a su habitación, cierra la puerta con seguro, se sienta y me dice en un suave y sutil tono de voz ladeando un poco su cabeza hacia el lado derecho:

- Ahora si...¿Que necesitas?.
-Yo he...he...ahh...yo maté...a mi padre.

Analisse se queda paralizada sin mover nada ni articular palabra alguna. Cuando por fin reacciona, me mira perpleja sin pestañear muy seguido y dice

-¿Que haz hecho que?
-¡Lo hice en defensa propia, yo no quería hacerlo, el me obligó, estaba borracho y me golpeó al menos unas tres veces, en serio, yo no soy así, el es mi padre y no podría hacerle daño, tu me conoces más que nadie en el mundo!...Debes confiar en mi.

Analisse me sigue mirando asombrada, no podia creerlo. Sin embargo ella hace el intento por entenderme y creer en mi, respira profundo diciendo con los ojos cerrados y en voz baja, tan baja que es difícil de entender:
- Inhala, exhala, inahala, exhala
-¿Analisse?
-Espero que al menos estes arrepentida
-¡Claro que si! - (No lo niegues se que tu no te arrepientes, anhelas la muerte, la roja sangre cubriendo tus pequeñas manos, el pecado esta en ti, no lo nigues... - Dicen la voces en mi cabeza, las cuales intento callar pero no lo logro - No lo niegues, se que quieres volver a casa y acuchillar mil veces mas a tu padre, imaginar su sufriminto aún despues de su muerte, vengarte una vez más de los tres manotazos que te ha dado, aquellos que llevaras tatuados para el resto de tu vida).

BAJO LA LLUVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora