Una noche más. Peino despacio mi pelo mirándome al espejo con los ojos rojos. Intento dibujar una sonrisa pero es imposible hacerlo. Cojo el pintalabios rojo aplicándolo sobre mis labios, definiendolos perfectamente. Parpadeo varias veces soltando un suspiro y levantándome del pequeño asiento mugriento de la pequeña habitación. Salgo a la calle a pesar del frío con mi ropa que tapa muy poco de mi cuerpo, pero no tengo otra opción. Este es mi trabajo. Esta es mi supervivencia. Llego hasta una de las esquinas y me planto sobre la acera viendo a lo largo de la calle si algún auto se acerca hasta mi.
Cuando Manuel me llevó por primera vez a aquel burdel, una parte de mi pensó que podría ser una buena idea, vender mi cuerpo y ganarme el dinero suficiente como para salir de aquel barrio y de aquella vida tan asquerosa que me había tocado. Acoso, golpes, burlas,... Un infierno sin nombre. Pero no todo era tan fácil, ahora estaba atada por las amenazas de Manuel, si me escapaba, de un modo u otro él me encontraría.
De cierto modo el "Miedo" estaba en mi constantemente, pero ¿Qué podía hacer? No tenía amigos, no confiaba en las personas y tampoco tenía familia. Estar sola en este mundo. Más de alguna vez, en esos días en que la vida me ahogaba, hacer lo mismo conmigo, suicidarme y acabar con todo esto. ¿A quién le importaría? A nadie ¿Que perdería yo..? Pero después esa parte racional y lógica de mi mente, esa que me había salvado de varios apuros, me decía que algún día conseguiría salir y si me quitaba la vida, no lo conseguiría nunca. Sería otra alma más perdida sin ninguna meta conseguida, sin ningún futuro, sin sentimientos buenos y felices,... Sería aún más desgraciada que ahora.
Lo más difícil de mi vida era hacer siempre cosas en contra de mi voluntad, acostarme con hombres por los que no sentía absolutamente nada; cuando pasaban sus sucias manos por mi cuerpo, no existía nada más asqueroso que aquello... Pero era la vida que "me había tocado." Con el tiempo me convertí en una de las mejores mujeres del burdel de Manuel. Cada hombre que entraba por la puerta, preguntaba por mi bajo el sobrenombre de "Nikki" aunque realmente me llamaba Nicole, pero eso nadie lo sabía. Aparecía tras una puerta, sonreía por obligación y guiaba al hombre hacia dentro. Siempre con la supervisión de Manuel. Pasado el tiempo acordado y sintiéndome lo peor del aquel jodido mundo, el hombre salía satisfecho, dando el dinero al jefe y saliendo por la puerta ofreciéndome un guiño al cual yo debía de responder, si se me ocurría hacer una mueca de desagrado, me ganaría un bofetón de Manuel. A las 6 de la mañana, las luces de neón se apagaban, y todas las chicas iban a descansar de su larga noche, y yo seguía sin poder dormir una vez me acostaba. Tenía que recurrir a medicamentos, comprados por Manuel, para que pudiese dormir, tenía que confiar en que no fuesen droga, pero sí lo eran, el efecto que yo quería conseguir, lo provocaba, dormir.
Todos los días eran días buenos para el burdel, siempre llegaban mayormente extranjeros queriendose divertir, aunque para mi cada dia que pasaba era como si no estuviese viva, siempre me preguntaba "¿Qué hubiese pasado si no hubiese aceptado la propuesta de manuel?" o "¿Que hubiese pasado si mis padres no me hubiesen abandonado?", constantemente esas preguntas estaban en mi cabeza. Pero era eso o seguir aguantando los golpes y abusos de mi casa adoptiva. Hasta el sol de hoy aun me pregunto si fue la mejor decisión.
El coche para justo enfrente mía, mostrando a un hombre bastante adinerado por su ropa como por su coche. "Estos son siempre los que más dinero dan" Pienso mientras sonrío una vez más acercándome a la ventanilla.
Nicole: Buenas noches.
Hombre: Buenas noches señorita, ¿Necesita que la lleve a algún lado?
Nicole: Mmm... No. - Dice algo confundida sin saber muy bien a qué vino esa pregunta. - Bueno, a no ser usted quiera ir a otro sitio.
Hombre: Pues es muy tarde ya, los buses no pasan tan tarde por aquí y creo que es un peligro que este sola. Si quiere montese y la llevo hasta su casa.
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Cuando la vida te sonríe.
Teen FictionNicole Harrison una chica de 21 años que vive una vida muy infeliz y llena de muchos traumas, condenada a hacer cosas que no quiere para poder sobrevivir. comenzando porque sus papás la abandonaron y su familia adoptiva la maltrataban, echando eso a...