CAPITULO 6: AGRESIONES

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Disculpad lo corto del capítulo. Saludos

—¿Qué es lo que quieren ustedes y qué buscan en mi casa? —les dice el hombre.

A simple vista se ve que es una persona maleducada.

—¿Podríamos pasar a conversar con usted y su esposa? La calle no es el lugar adecuado para tratar ciertos temas. —responde Michael con su característica exquisita educación.

—Le conviene dejarnos pasar para que hablemos. —dice, más bien le advierte Elena, tratando de aguantar las ganas de decirle cuatro cosas a ese hombre.

El tipo accede de mala gana y los tres pasan hacia el interior de la vida. En cuanto miran a su alrededor se dan cuenta del caos que es aquella casa. Pareciera que Atila y sus hombres hubiesen pasado por allí, asolándolo todo a su paso.

Aquello es un desastre. Ropa desperdigada por todas partes, cajas de pizzas abiertas con restos de comida sobre la mesa.

La directora del centro no da crédito a lo que ve y niega con la cabeza. No le gusta lo que ve. Ningún niño debería vivir entre semejante desorden.

En ese momento aparece la esposa del individuo, una mujer menuda, delgada, de cabello negro descuidado y rostro ligeramente magullado que mira a los tres intrusos con una mezcla de curiosidad y extrañeza.
La mujer evita acercarse a su esposo al que mira con temor.

—¿Qué desean? —pregunta la dama acercándose tímidamente a ellos.

—¿Podríamos sentarnos a hablar con usted y su marido? —responde la directora del centro estudiándola con la mirada.

—De...de...¿qué? —dice la dueña de la casa con voz temblorosa y mirando con cierto temor a su marido.

—Primero sentémonos. —la sonríe Michael tratando de serenar a la mujer.

Todos toman asiento. Enseguida el cantante se da cuenta que en aquella casa, todos temen al padre. Es  lo mismo que vivió de niño y puede reconocerlo enseguida.

La directora comienza a hablar.

—No soy persona que se ande por las ramas, de modo que diré lo que vine a decir sin rodeos. Hemos encontrado en su hijo señales evidentes de maltrato. —dice la mujer.

—Oiga, ¿qué está usted insinuando? —contesta de manera agresiva el padre del muchacho levantándose y encarándose con la dama.

—¡Un padre...debería amar a sus hijos y no...no...levantarles la mano! —titubea el cantante recordando esos momentos de maltrato vividos con su padre.

—¡Usted no va a venir a mi casa a insultarme pequeño hombrecillo! —grita el hombre propinando un fuerte puñetazo en la cara a Michael que le tira al suelo

Aunque Elena cree odiar al artista corre a atenderle tras el golpe que ha recibido.

—¡Fue mi madre! —dice una joven voz

La dueña de la casa mira a su hija muy asustada intentando evitar que siga hablando.

—¿Cómo has dicho, cariño? —se dirige la directora a la menor rubia de unos ocho años y sin escolarizar.

—Mi padre nos pega a mi madre y a nosotros. Pero quien pega a Thomas es ella.—dice la niña mirando a su madre muy triste.

KILOS DE TERNURA (MICHAEL JACKSON Y ESTEFANIA VILLARREAL )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora