Piratas. [Rivamika AU]

La decisión.

HE VUELTO.
CHAN CHAN CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN.

Quiero decir hola corazones~
¿Qué tal habéis llevado mi ausencia? Espero que bien :3

Estoy agradecidisima por todos los comentarios que me habéis dejado tanto aquí en Piratas como en No Name (la cual espero seguirla pronto x__x)

Os preguntareis porqué hace tanto que no escribo o actualizo esto, pues... ojala lo supiera yo. Sinceramente, he tenido UN GRAN bloqueo en mi mente el cual me impedía escribir porque todo lo que escribía, lo veía mal. Por lo tanto, no me animaba en ningún momento a subir nada por mucho que me dijeran que estaba perfecto.

También he tenido varios problemas con el curso en el que estoy ahora mismo y os tendré que pedir que esperéis un poco más a mi llegada pues... el mes que viene espero acabar por fin mis torturas psicológicas.

Bueno, en si venía a deciros eso y a dejaros un nuevo capitulo de Piratas porque el de No Name aún no lo termine del todo^^''
Espero que os guste y enserio, muchísimas gracias por todo el apoyo que me dais. Sin vosotros, me entrarían ganas de dejar de escribir.

El barco donde viajarían era claramente un barco imponente. Las blancas velas ondeaban al ritmo del viento haciendo ver más poderosa aún la silueta del navío que las llevaría hasta su nuevo hogar. La verdad es que no se podía esperar más del príncipe Armin. Se trataba de un navío bastante grande con capacidad de casi un ejército.

Nuestras muchachas se quedaron boquiabiertas.
Emocionada, la princesa Historia corrió hasta dentro del navío enseguida, seguida (como siempre) de su fiel dama Mikasa.

El viaje comenzó tranquilo, la morena se encontraba en cubierta, dejando que el viento acariciara su blanca piel y su corta melena. El mar la relajaba, le traía recuerdos de su infancia, de su promesa de amor, del primer beso...
Sus dedos recorrieron suavemente sus propios labios, al recordar aquella escena infantil donde se había jurado amor eterno. Ansiaba llegar a sus tierras y verle, abrazarle y en secreto, besarle.

Pues el amor no era como el viento, no debía cambiar de dirección ¿no?

Con aquellos pensamientos en su mente, volvió a su camarote compartido justo para ver como la princesa se probaba su vestido de bodas.

- Mikasa: Esta preciosa princesa. El príncipe Armin se quedara boquiabierto nada más veros ir hacia el altar con este vestido. *Comentó mientras se acercaba a ella y ajustaba perfectamente el lazo del blanco vestido a su cuerpo.*

El cabello rubio de la muchacha se encontraba recogido en un moño, dejando que el vestido blanco con detalles rosas, dejará ver su piel. Era sencillo, pero eso no quitaba el que estaba francamente preciosa.

Historia al ver a su compañera, sonrió y la abrazó emocionada.

- Historia: Estoy que no quepo en mi, dentro de poco estaré casada. Yo. Casada. No me lo puedo creer Mikasa. Om, y Eren también quedará enamorado de ti nada más volver a verte, mírate. *La cogió por las manos y cambiaron las posiciones, dejando esta vez a la morena delante del espejo* Mikasa, eres preciosa.

- Mikasa: *Sonrojándose se miró al espejo, viéndose solo ella en aquel momento, pues al ser mayor que la rubita, la tapaba perfectamente. Aunque aquellos comentarios provocados por la rubita solamente la hicieron suspirar. Ella nunca sería como Historia o Mina.* Eren nunca se fijaría en compartir su vida con alguien como yo. Por favor princesa, preocúpese por el príncipe Armin y por usted.

- Historia: Pero Mikasa... ¿Tú amas a Eren? Porque si le amas, comparte tú vida con él sin miedo. Acepta su propuesta de matrimonio, porque tanto tú, como Armin como yo, sabemos que él te ama Mikasa.

- Mikasa: Yo... Le amo pero...

De repente el barco comenzó a balancearse con fuerza, escuchándose de fondo los claros gritos de los marineros dentro del navío. Mikasa salió del camarote para comprobar que pasaba, dejándole antes bien claro a la princesa que ni se le ocurriera salir por nada del mundo.

Al salir, no se podía creer lo que veía. La cubierta era un caos.
Había varios cuerpos en el suelo y sangre por todas partes. Todos luchaban, se defendían o simplemente morían en el intento de salvar sus vidas. No podía apartar la mirada de tal caos, pero debía irse, debía ir a proteger a la princesa, no debía de pasarle nada a ella.

Pero había algo malo en ella: seguía en shock.

De repente, frente a ella se presentó un pirata bastante gordo, con ropas bastante rotas y una característica pata de palo la cual en su vida habría imaginado ver aparte de en sus pesadillas. Con bastante asombro, miró a aquel hombre que estaba dispuesto a atraparla.

- Mikasa: P-Piratas... *Murmuró asustada, pero algo dentro de ella hizo que reaccionara y en cuanto él fue a atraparla, salió corriendo hacía sus aposentos cerrando todas las puertas tras de sí.* Esto no puede estar pasando... No... No puede... Eren...

Llegó a la habitación compartida y cerró la puerta tras de si, pudiendo ver como solo con sus gestos, asustaba aún más a la pobre rubita que miraba todo sin poderse creer que pasaba. Nada más verla, Mikasa tuvo una idea.
Podía ser la idea más loca y descabellada de la faz de la tierra, pero le daba igual dar su vida por la felicidad de su princesa.

- Mikasa: Historia, escúchame. Préstame tu tiara y escóndete donde puedas, y por supuesto lo más escondida que puedas. Escúchame, NO deben verte. *Al ver que su amiga empezaba a abrir la boca para protestar, ella misma arrancó la tiara de ella despeinando sus cabellos antes bien peinados y la empujó suavemente ordenando a sus guardias personales que la escondieran.* Lo siento Eren...

Cuando ya estuvo sola en la habitación, colocó la tiara sobre sus negros cabellos haciéndola así resaltar más. Había sido su decisión sí, pero por aquella misma razón era Eren quien en aquellos momentos más insistía en sus pensamientos rogándola que dejara de hacer el idiota y saliera corriendo de allí.

 Pero ya era demasiado tarde. De repente, varios hombres entraron en la habitación saqueando todo lo que veían a su paso, pero parecía que a ella... ¿la ignoraban?
Irguiendo su cuerpo, la muchacha encaró a todo hombre que parecía querer acercarse a ella.

- XxXxX: Vaya, vaya... Y yo que ya creía que no encontraríamos ningún tesoro más en este navío, y mira por donde, acabamos de encontrar el tesoro que más me gusta.

Continuara...