Siempre te cuidé.

Capítulo 11

--
Había subido a la cual se supone era mi ''nueva habitación''; no sabía que hacer... o que decir, le pedí a Eros que no entrara a la habitación si yo no lo llamaba, esto es muy nuevo para mí y me cuesta demasiado asimilarlo, fue todo muy de golpe.
-No se que haré con la escuela, con mis amigos... bueno hasta ahora la única amiga que tenía era Jess pero no le puedo decir esto, ¿o si?, no no no no, no puedo hacerlo... tendré que mantener el secreto hasta cuanto me sea posible hacerlo.- Estaba caminando por la habitación de un lado a otro y hablando conmigo misma. 
 Todas mis cosas estaban dentro de la habitación, es raro.
-- 
 Después de un buen rato hablando conmigo decidí bajar.

-Hey- dice Eros mientras sigue mirando la televisión.
-Hola, ¿podemos hablar?- le digo sentándome a una buena distancia de él.
-Claro, ¿sobre qué quieres hablar?
-¿Que pasará con el colegio?

-¿Qué col... oh, el tuyo, pues te enseñare yo.
- Está bien... ¿hace cuanto vives solo?
-Pues, creo que desde que cumplimos 17.

-¿Te mantienes sólo o tus padres te mantienen?

-Puess, verás, mis padres son ricos y se diría que soy un niño mimado, bah es lo que dicen todos pero también trabajo; tengo un estudio fotográfico, adoro la fotografía desde que nací.

-Wow... también adoro la fotografía, sólo que nunca tomé clases ni tengo un estudio haha.

-Es que mira, la mayoría de las cosas que a ti te gustan a mi igual. Así como la fotografía, el dibujo, la música... entre otros distintos tipos de cosas.

-Oh claro, me había olvidado de cómo funcionaba esto.- Quedé mirando sus alas, que por cierto siempre las tenía al descubierto...

-Deja de mirar mis alas rayos, incomoda, es como que los chicos le miren los senos a las chicas ¡AQUÍ ESTÁ MI CARA!- dijo haciendo una mueca y apuntándose al rostro

-Hahahahaha, ya ya, tranquilo, es que me llama mucho la atención; claro si también son enormes.- dije haciendo la forma de sus alas con mis manos.

-Caray sólo... no las mires tanto ¿está bien?

-Bueno- dije mirándolas de reojo. Se dio cuenta de lo que hacía y las escondió rápidamente.
Nos pasamos toda la tarde hablando sobre cosas sin sentido y preguntas (muchas) que le hacía yo, descubrí que esto, al igual que con los vampiros se puede transformar a otra persona en ángel, es muy utópico el proceso pero que hermoso y sufrido sería vivir eternamente.

-- Ya por la noche--
Eros se había entrado a dar una ducha y yo recorría la casa, era, sin mentirles, verdaderamente hermosa y acogedora, tenía habitaciones aquí y allá, de diferentes tipos: Sala de juegos, de arte, una biblioteca, en fin muchas habitaciones.

Había una con un cartel de ''NO pasar'', ¿recuerdan que les dije que era muy curiosa?, pues estaba a punto de entrar cuando alguien me toca el hombro, no es difícil adivinar que Eros fue quien lo hizo.

-Ho-hola- dije apenada. Como cuando te encuentran haciendo algo que no deberías.

-¿Que dice el cartel?- Dijo muy enojado, estaba todo mojado y tenía una toalla enrollada a la cintura. ¡MAMMA MÍA! ¿raro sería decirles que sus alas ya estaban secas?
-¿Qué cartel?- dije haciéndome la desentendida- oh, ÉSE cartel, disculpa, no lo vi.

-Ok, no vuelvas a querer entrar.- Dijo algo molesto.

-Está bien, disculpa- dije sin dejar de mirar su torso.

-Mi cara está aquí pequeña, ya se que no puedes NO mirarme pero disimula la próxima- dijo haciéndose el galán.

-Para tu información no te miraba a ti ni a tu -hice comillas con los dedos- ''tonificado cuerpo'' Miraba una mancha que tienes aquí-dije apuntando a su pecho.

-¿Qué cos...- Cuando bajó la vista deslice mi dedo índice hacia su nariz y se la apreté.- Oh pequeña, la vas a pagar- dijo con una sonrisa juguetona.

Salí corriendo escaleras a bajo, por poco vuelvo a caer, pero seguí corriendo; doy vuelta para ver si me seguía y no veía nada al volver a girar choco con él y caemos al suelo. Para ese entonces su toalla no estaba y sólo tenía su bóxer; bueno, como seguía diciendo, caímos los dos al suelo, yo estaba encima de él.
-Hahahaha no se vale, ¡tu tienes alas! va a ser obvio que eres mas rápido.- dije sentándome en su abdomen, cruzando los brazos y haciendo cara de perrito.
-Hahahaha está bien, te dejo ganar sólo porque tengo alas.

-Esta bien- le dije y subí a mi habitación.
-Vístete, saldremos a dar una vuelta por ahí- dijo gritando desde su recámara.

Me vestí, me puse un jean negro y una remera gris con letras negras que decían I WANT A UNICORN con unas converse color blancas, me dirigí al espejo que estaba en una esquina y até mi cabello en una trenza de costado y bajé, Eros estaba sentado en el sofá ya listo para irnos, el vestía un jean color azul marino, una remera con un diseño de estrellas y planetas con un par de zapatillas converse también pero en negras.
-Vamos vestidos CASI iguales- le digo haciéndome la graciosa.
-Jajaja oye tienes razón, pero recuerda lo que te dije, somos iguales en gustos.- Dijo tirando de mi trenza. Quien quiera que nos vea pensaría que somos o hermanos o novios.
--
Subimos al auto y nos dirigimos hacia ''destino'' pero dos manzanas antes me dio un pedazo de tela negra.

-¿Y esto para que? 
-Es una sorpresa, sé que odias las sorpresas, yo igual, pero es necesario.

-Mmm, lo hago sólo porque me lo pides tú.
-Gracias- dijo con una sonrisa como la del gato sonriente

Verdaderamente no veía nada, y estaba un poco asustada.
-Tranquila, no pasara nada.

-¿Cómo sabes que estoy nerviosa?

-Porque puedo sentirlo
 

No dije más nada y me limité a callarme y esperar a que lleguemos...
--

Pasaron creería que alrededor de 20 minutos y por fin dijo:
-Llegamos

-¡Al fiiiin!  se me hizo una eternidad tener esto sobre mis ojos...- dije sacándome la venda, pero al hacer esto me lleve una gran sorpresa- NO... PUEDE... SER...- dije atónita.
-Sabía que te gustaría- dijo Eros detrás de mi.
No podía creer lo que mis ojos estaban apreciando.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Utópico: decir que algo es muy difícil de lograr, casi imposible.