I
El deseo, de cuántas cosas no nos privaríamos sino lo tuviésemos. Es por el deseo que
el mundo es tal como es, ¿de dónde surge? En el querer encontrar nuevas cosas se encuentra
también el querer dejar las viejas. Si existe alguna evasión u olvido sobre éste segundo querer,
la persona se genera sufrimiento, porque es apegada, no sabe desprenderse. Y es que nada es
realmente nuestro, lo que perdemos otro lo toma, así que en realidad somos generosos.
Cuando comprendes la sencillez de eso, entiendes que no existen los malos momentos, sino
los momentos que no se saben aprovechar.
Siempre estoy extrañando algo o extrañando a alguien, lo he pensado mucho y me he
dado cuenta que es un aspecto característico en mí. Es una especie de melancolía permanente,
de nostalgia mejor dicho, de tener en mente siempre una exclamación que dice « ¡Todo queda
lejos! ». Recuerdo la vez en que le dije a ella que no me importaría llegar lejos con tal de que
eso la mantuviese cerca, obviamente, con llegar lejos me refería a irme consagrando,
creciendo, madurando, cambiando… aunque una mejor manera de decir sería transformando
o mutando. Hay momentos en mi vida en que he pensado que no me hace falta cambiar, y
siento que eso en parte ha sido razón de haber cometido errores fatales.
¿Fueron acaso mis errores productos de mis pensamientos egoístas? ¿Si me siento
bien como estoy por qué habría de cambiar? ¿Y si es por alguien es necesario? Deformar mi
forma de ser por el bienestar de alguien sería algo demasiado no-egoísta, tanto que sería un
verdadero error, convertirte en juguete. Aunque claro, se debe llegar a la conclusión de que no
hace falta cambiar la forma de ser y de actuar luego de haber pensado bastante con respecto a
dichas cosas.
Empecé a querer escribir cosas bonitas en el 2008. Estaba yo de lo más feliz con A.,
uno de los mejores amores de mi vida, tenía tres años más que yo, y para un chico de 14 años,
tener una novia de 17 es un logro sublime. Éramos muy unidos, y cada vez que me replanteo
nuestro final de pareja llego a conclusiones distintas. Fue una relación a larga distancia, poraquel entonces no sentía tanto auge ni necesidad de tenerla, comprendía fácilmente que
estábamos lejos y lo solventábamos con llamadas y mensajes y eso llenaba lo suficiente.
La primera vez que la llamé estuve nervioso, sabía que mi voz se escuchaba distinta y
no quería que no me reconociera, pero al final fue bastante bien. Con el pasar del tiempo, ella
empezó a trabajar y yo seguía estudiando, aún faltaba mucho para que yo estuviese a su nivel
de libertad -por decirlo de alguna manera- así que cada vez estuvo más y más ocupada, lo cual
fue un factor determinante en comenzar una falta de comunicación y sobre todo de contacto.
Fue entonces que pensé que ‘mientras estemos en contacto, habrá contacto’, y con ‘habrá
contacto’ me refería a que seguiría nuestra conexión emocional y sentimental… para pasar