La vista que dejaba el departamento de Yamaguchi en Tokio, le causaba tanta tranquilidad y calma.
Hace mucho que buscaba un lugar así para poder despejarse, llegar a un punto de sumo relax. Era todo lo que buscaba, o al menos eso quería creer. Las cajas bajaban del camión, en aquellas cajas contenía sus pertenencias y al tan solo verlas le causaba cansancio pensar que debería de ordenar todo aquello. Agradeció vivir a lado de su mejor amigo, quizás, solo quizás, el chico venga a ayudarlo.
A pesar de no poder una amistad con hechos que se devuelven con otros hechos ellos eran cercanos, siempre había algo en que tenían en común, y eso era más que suficiente.
La época de colegio había terminado hace solo un año, la vida de universitaria hasta ahora era simple pero poco estresante, sin embargo ¿Por qué no parecía ser feliz? Siempre soltando suspiros pesados, viendo parejas felices pasando siempre de la mano, riendo, evitando invocar el recuerdo, llenándose de estudios y trabajo hasta llegar al cansancio.
¿Cuándo fue la última vez que disfruto de una fiesta o una salida?
No quería hacerlo notable, pero la verdad, él se sentía solo.
¿Cómo podía retroceder el tiempo??
Aunque lo supiera como, estaba seguro que haría simplemente lo mismo.
De la nada, los pasos en su departamento nuevo se oyeron. Un chico de pelo desordenado junto a su mejor amigo, serían los primeros visitantes. Ambos venían callados y aunque no quisieran admitirlo, ambos se concentraron en la cara decaída de Yamaguchi.
-Hey, Pecas-kun ¿Te encuentras bien? -resonó la gruesa voz de Kuroo, el novio de su amigo.
Reacciono, llevando su rostro hasta ellos.
-Oh, sí. Estoy bien -respondió algo inseguro.
-Realmente no luces muy emocionado con la mudanza.
Tsukishima señalo mientras pasaba la mirada por todo el lugar.
-Lo siento, Tsukki. Estoy bien ¡En serio!
De sus labios intento hacer un sonrisa, una de las cuales salían naturales, las falsas sonrisas se volvieron algo normal en él.
-Bueno, no se nota-corto el rubio recorriendo el gran recinto.
Nuevamente intento dejar que estaba bien, pero claramente era un fracaso, y a pesar de eso los dos chicos no intentaron saber el porqué. Siempre obtenían la misma respuesta, Yamaguchi siempre se quedaba callado.
Tsukishima era un leal amigo, siempre supo los porqués de Yamaguchi, siempre supo sus malestares, siempre supo lo que le sucedía pero ahora, no tenía la menor idea o al menos eso creía Yamaguchi.
-¿Puedo decir algo? -Tsukishima coloco una mano en su cadera-. Estas así desde la graduación, así que creo que sé lo que te influyo a que te encuentres así.
Yamaguchi no respondió, mientras Kuroo, expectante, esperaba la repuesta de su novio.
-Tu...-comenzó a decir- No lo hiciste ¿Cierto?
-¿Hacer qué? -Inquirió curioso Kuroo- ¡Cuéntenme!
No se dijeron nada más. Y no tocaron el tema de nuevo.
Una chica de pelo corto, rubia y de ojos mieles llamativos cautivo al pequeño Tadashi. Su cuerpo inquieto, escondiéndose tímidamente detrás de la actual manager del equipo, las miradas puestas sobre ella y el impaciente a que se presente. No sabía porque tanta ansias de querer conocerla, simplemente no podía dejar de pensar las palabras "Que bonita".
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Cartas Perdidas》YamaYachi Г#HaikyuuAwardsฯ
Fanfiction"Yamaguchi nunca pudo confesar sus sentimientos a Yachi, nunca lo hizo. Y cuando tuvo la oportunidad, el gran abismo de sus palabras hasta ella ya eran inmensa. ¿Podrán las cartas perdidas ser de ayuda?" #HaikyuuAwards