Hermione
Aquí me encontraba, con un tortuoso vestido de novia tomada del brazo de mi padre quién tampoco abandonaba su semblante de agonía.
Tristemente, este es el precio que tengo que pagar por ser sangre pura...
El tener que casarme con otro de mi linaje, un engreído y egoísta que sólo piensa en sí mismo. Me molesta no poder evitarlo, y si por mí fuese, estaría huyendo lo más lejos posible... Sin embargo, no puedo, no podría hacerle eso a mis padres.
Este matrimono ha sido el más esperado del año, y los medios no han parado de hablar sobre la unión entre las grandes familias Malfoy y Granger.
Intento mantener la compostura mientras nos acercamos al altar, pero las sonrisas de las personas me generan ansiedad. Me miran como si estuviera tomando la mejor decisión de mi vida, como si esto fuese todo para lo que he nacido... Y tristemente así parece ser.
El estar cada vez más cerca de mi destino me provoca una leve nausea.
Miro al hombre que me espera, y solo puedo pensar en que compartir una vida a su lado no me hace ilusión en absoluto, ni siquiera teniendo claro que muchas morirían por estar en mi lugar.
En mi caso, solo quisiera sacar mi varita y lanzar una maldición hacia aquel que me espera con su indiferencia de siempre, como si estar con él fuese todo un deleite.
Nunca se sabe que esperar de Malfoy, él siempre parece andar en cosas raras. Casi nunca hablamos, y eso es porque es terriblemente astuto. No responde preguntas, no expresa sentimientos, y definitivamente jamás lo he visto cambiar esa cara de desprecio hacia prácticamente todo ser viviente.
He de admitir que al principio quería conocerlo mejor, y entenderlo un poco más, pero es imposible, es más probable que me destroce antes de lograr descubrir cuál es al menos su color favorito.
En cuanto el paso nupcial terminó, mi padre me entrega al que será mi futuro esposo... "Esposo", pero que ridículo suena.
El testigo nos mira y comienza a dar inicio a la unión, Malfoy extiende su mano y exhalando la tomo con la mía.
El hombre comienza a mencionar un montón de cosas sobre el amor, el compromiso y la familia que prefiero ignorar, hemos ensayado este paso un montón de veces. Y no me interesa nada de eso porque dudo mucho que siquiera logremos ser amigos.
Escucho su voz dando inicio al hechizo de enlace, y sé que es momento de caer en la cruda realidad.
—Señor Draco Malfoy, ¿acepta usted a la señorita Hermione Granger como su esposa?
—La acepto —responde con voz firme y cortante.
—¿Jura usted serle fiel en todo momento y amarla tanto en las alegrías, como en las penas?... ¿En la salud y en la enfermedad?... ¿En la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?
—Lo juro.
El nudo en la garganta no me permite tragar con facilidad cuando un hilo rojo sale de la varita, para luego desplazarse desde la mano de él hacia la mía.
—Señorita Hermione Granger, ¿acepta usted al señor Draco Malfoy como esposo?
—Lo acepto.
—¿Jura usted serle fiel en todo momento y amarla tanto en las alegrías, como en las penas?... ¿En la salud y en la enfermedad?... ¿En la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?
—Lo juro.
Otro hilo sale, pero esta vez desde mi mano hacia la suya, ambas creando una perfecta y brillante cadena.
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No soy celoso, pero eres mía
FanfictionUn matrimonio forzado... Un corazón roto... Y una extraña persona con misteriosas intenciones.