Deseos Ocultos

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Hermione

Una de las cosas más tediosas al salir con Malfoy, es el tener que ser testigo de cómo reaccionan las mujeres ante él, y la recepcionista del hotel no es la excepción.

—Tenemos una reservación a nombre de Malfoy —notifica.

—Por supuesto Sr. Malfoy tienen reservación para la Bridge Suite. Ya les llamo al botones —respondió algo sorprendida, no entiendo la razón si es por la habitación, si es un poco cara pero no para exagerar sólo son 35.000 dólares.

—Ajá —responde con indiferencia al momento en que el botones llega y toma todo nuestro equipaje.

Me señala la salida hacia los elevadores y en cuanto voy a darme la vuelta lo oigo decir. 

—Usted primero, Señora Malfoy —la forma burlona en la que dijo lo último me hizo girar con mi mejor sonrisa fingida. 

Que idiota es. 

La recepcionista nos mira sorprendida, posiblemente preguntándose cómo era posible un matrimonio tan joven. Subimos al elevador en silencio hasta que llegamos a nuestro piso, la habitación era completamente hermosa y espaciosa. Sinceramente no era la primera vez que iba a un lugar así, pero este en específico tenía algo especial. El arte y la decoración simplemente eran dignos de admirar.

En cuanto nos quedamos solos comienzo a cuestionarme lo que debo hacer, estoy nerviosa e incómoda. No era así como planeaba perder mi virginidad y ni siquiera planificaba hacerlo con él

—No pasará nada que no quieras, no tengo interés en obligarte—responde mi pregunta no formulada mirándome con seriedad. 

—¿Quieres dejar de meterte en mi cabeza? Sabes que no me gusta.

Odio cuando lo hace y él lo sabe bien, así que he llegado a pensar que lo por puro disfrute enfermizo para hacerme enfadar.

—Pues si empezaras a decir lo que piensas, no tendríamos ese problema.

—Nadie dice exactamente lo que piensa, para la comunicación asertiva existen filtros y en parte eso implica desechar gran parte de lo que nuestra mente crea, para poder comunicarnos de una manera empáticamente correcta.

Rueda los ojos.

—No me interesan los filtros Granger, ¿crees que me interesa herir los sentimientos de los demás?

—Francamente no —contesto con desdén.

—Qué bueno que lo tengas claro, ahora dime qué diablos quieres hacer o construiré una choza en tu cabeza —Nadie dice exactamente lo que piensa, para la comunicación asertiva existen filtros y en parte eso implica desechar gran parte de lo que nuestra mente crea para poder comunicarnos de la manera correcta.

Rueda los ojos.

—No me interesan los filtros Granger, ¿crees que me interesa herir los sentimientos de los demás?

—Francamente no —contesto con desdén.

—Qué bueno que lo tengas claro, ahora dime qué diablos quieres hacer o construiré una choza en tu cabeza  —dice arrastrando las palabras. 

Suspiro con frustración— La verdad... No quiero hacerlo, no todavía. No estoy lista y necesito más tiempo —digo con toda la sinceridad posible.

Su expresión dura se suaviza levemente, pero sin perder la seriedad.

—No debes tener miedo, yo no te haría daño, pero respeto tu decisión. Jamás te obligaría a hacer algo que no quisieras y si no estas lista, es cosa tuya —su fría mirada me atravesó por última vez antes de abandonar la habitación.

No soy celoso, pero eres míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora