Capítulo 1: Un egocéntrico

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Narra _____:

—...Después de todo, fueron muy buenos alumnos— dice nuestro director de prepa, ya que era nuestra graduación.

Todos con nuestro típico traje de graduación con nuestro gorro cuadrado extraño, tenía el reconocimiento en la mano, miró que Aoki con sus lentes circulares grandes y su piel arrugadita y con lágrimas, ella me sonreía y me levantó el dedo pulgar con una sonrisa, yo sonrío.

Veo el cielo azul y sonrió, la verdad, al ver el cielo así de azul es muy hermosa, siento una tranquilidad, todos lanzamos nuestros sombreros.

~♣~

Intente cargar unas cosas para ayudar a Aoki con sus cosas, ella se iba de viaje para ver a su hermano por unas dos semanas.

—Mi _____-Chan, ¿Estás segura de que puedes lidiar con esto?— me pregunta preocupada y yo asiento segura.

—Si Aoki, sé que puedo hacerlo, además soy mayor de edad— digo confiada y Aoki me sonríe, se me acerca y me besa la cabeza.

—Cuídate mi niña— me dice y se va, suspiro y sonrío.

Aoki entra al tren y se despide, hago el mismo gesto y el tren avanza para irse a su destino en Oxaca.

Regreso a casa caminando mientras que carros pasaban y la gente corriendo para llegar al trabajo y otros regresando.

—Bien, la casa está para mi sola... ¿Ahora qué haré? — me digo a mi misma.

Entro a la casa, todo estaba en orden...está bien, ahora estoy aburrida.

Tenía que salir, pero como no tengo a nadie con quien hablar es aburrido, me fui por una sudadera blanca y salgo de la casa.

Como no tengo rumbo, me dirijo ahora al parque.

??? Narra:

Me veo de nuevo en el espejo, y regreso a mi sillón, sigo sin creer que ninguno de nosotros seis no tengamos una novia, en fin, todas las Karamatsu girl de la zona ya no me buscan, por ahora.

Eso es un bendito alivio, ya que o me secuestran y a mis hermanos no les importa o siempre llegan a la casa y hago el "no estoy".

Al menos soy popular en todas zonas de Japón.

Oigo un quejido de alguno de mis hermanos.

Ah, es cierto, pero que descortés soy.

Soy Matsuno Karamatsu, el segundo hijo de los sextillizos.

Heh, no es de extrañar, ya que ya me conocen. Para qué les miento ahora mismo me siento muy depresivo, sigo sin conocer a una chica linda, todas mis Karamatsu Girls son lindas, pero no como la que yo quiero.

La verdad...

—No sé si la encontraré...

— ¿Qué cosa Karamatsu San?

— ¡Wah!— me caigo del sillón y me ve mi hermano, Osomatsu.

—Vaya, nunca pensé que te asustarías así —dice mi hermano burlón, yo sonrió algo nervioso.

— En nada— digo y Osomatsu solo se cruza de brazos.

— No te creo— me dice y yo río.

— Vamos Bro, tu sabes que te digo la verdad— le digo y este alza una ceja.

— Esta vez te creeré Karamatsu, espero y no sean otra vez de tus tontas bromas absurdas— dice Osomatsu retirándose.

Yo río y me recuesto en el sillón de nuevo, suspiro y miro el techo de la casa, hace un buen tiempo que no salgo de la casa, eso fue ayer.

Agarro mi chaqueta negra de cuero, mis lentes y unos pantalones de mezclilla, no encuentro mis pantalones brillantes, son tan increíbles pero no los encuentro.

Me pongo mis lentes de sol, salgo de la casa y todo brilla, me dirijo al parque, como siempre.

Narra _____:

Estaba recargada en la orilla del puente del parque, miraba todo pero tenía mi gorro de la sudadera puesto, soy muy tímida para conocer personas, aun así estoy aquí para liberarme.

Pero para mi sorpresa se escucha un chillido de alegría de una chica, de un grupo.

— ¡Karamatsu nii Sans! ¡Te amamos!— dicen varias chicas, de ahí sale un chico de pelo negro brillante, unos lentes extraños oscuros, una chaqueta de cuero negro, una sonrisa... ¿Coqueta?, y unos pantalones de mezclilla muy a la moda.

—¿Me extrañaron?— Agh, esa voz de arrogancia e hipocresía, se hacía ver que era el "muy muy", pero ahora eso no es lo único, todas las chicas se le acercaban, menos yo, solo bufé y me quedé mirando ahí desde mi lugar, solo hace falta que ahora diga... —Tranquilas mis nenas, que hay Karamatsu para todas— dice ese tal Karamatsu.

-ugh...- me digo a mi misma.

Narra Karamatsu:

Me quedé sonriendo al ver como todas las chicas se me acercaban, ahora me voy a arrepentir, pero no por mucho, mi atención se capta a una chica que ni siquiera estaba en ese grupo del que estoy rodeado, tenía una sudadera blanca con un gorro, su pelo suelto salía de su gorro, tenía unos shorts de mezclilla con una blusa morada y unos zapatos de piso, sentí que todo se volvía lento, me quedé mirándola un momento pero me empujaban lo que me impedía verla.

—Hey, tranquilas mis Karamatsu Girls— digo nervioso.

Pero me decepciono al ver que aquella chica se va.

No es la primera vez que me pasa eso, pero...

No lo entiendo.

— ¿Karamatsu a quién vez?— no contesto y me retiro.

—Lo siento mis nenas, es solo que hoy me encuentro cansado...así que...— me fui corriendo y me perseguían.

Esto me recuerda a los viejos tiempos, primero todas me odiaban y ahora pasa esto.

Narrador omnisciente:

Caminas por las calles de Japón, solo que te sientes vigilada por alguien.

Aumentas el paso, llegas a la casa, cierras rápido la puerta y suspiras del alivio.

Mientras que en la parte de afuera entre los arbustos, sólo se queda mirando fijamente la casa en donde vives, nota que las luces se apagan dejando sólo las velas haciendo su trabajo, se queda mirando aun la casa, pero solo sonríe al ver que sales de la casa pero sin tu sudadera, pudo ver tu pelo natural, tu piel descubierta, pero con una camiseta sin mangas y pantalones para dormir, se queda boquiabierto al ver tus ojos, para él se le hacían bellos, al acercarte a las velas de cera, podía ver tus ojos brillar por la luz de la vela.

Con una vela te adentras a la casa para irte a dormir, esa persona solo se retira con ambas manos en los bolsillos de sus pantalones, se quita sus lentes y se va.

Continuará...

Gomenasai [Karamatsu × Lectora]|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora