Beacon Hills

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-Lo siento mucho Din, ellos la mataron, no se pudo hacer nada para salvarla.-Oigo su voz de fondo pero realmente no lo escucho bien, quiero que me diga que esto es una broma, que mi madre está viva pero sé que no va a ser así, ella está muerta.

-Estas bien?- Me pregunta y lo único que siento en su voz es lastima, odio eso.

-Esa es una pregunta que se le hace a una chica que acaba de perder a su madre? Claramente no estoy bien -Le respondo

-No importa eso ahora, tenes que reponerte rápido y armar tus valijas, nos vamos a Beacon Hills, mañana es el entierro. -Me dice mi abuelo sin piedad- Vamos a vengar su muerte, vamos a hacer que sufran. Los quiero muertos y vos me vas a ayudar. Nosotros cazamos... -No lo dejo terminar y sigo la frase

-A quienes nos cazan, lo sé. -Él sonríe y me da un casto beso en la cien-

-Vé a tu habitación y prepara tus cosas, te quiero de vuelta en menos de dos horas, entendido? -Pregunto

-Si mi capitán! -Respondí como soldado y él largo una carcajada-

Después de esa conversación subí rápidamente las escaleras y me adentre en mi habitación la cual estaba toda desordenada, cuando cerré la puerta un par de lagrimas contenidas se me piantaron e inmediatamente me seque la cara, empece ordenando un poco y luego de apoco fui metiendo todas mis pertenencias, separando mis cosas personales como mi celular, mi billetera, el cargador y la laptop para meterlo todo en mi cartera, cuando tenia todo más o menos ordenado, me metí al baño y me di una corta ducha que me ayudo a reflexionar y me hizo pensar en como tu vida puede cambiar en horas incluso en segundos, luego de esa corta charla conmigo misma salí de la ducha y me enrolle con una toalla, me cambie con ropa que anteriormente había elegido, me perfumé, agarre mis valijas y bolsos y bajé, ahí estaba Gerard hablando por teléfono, ni bien me vio colgó y me sonrió, le ordeno a uno de sus hombres que agarrara mis valijas y me dio el pase para que yo saliera de la casa, antes de hacerlo di un ultimo vistazo y me despedí internamente, subí al auto lo más rápido que pude y espere unos segundos hasta que mi abuelo se subió también para luego partir rumbo al aeropuerto.

Ya en el avión, apoye mi cabeza sobre la ventanilla y me quede completamente dormida.

-Señorita, señorita-Escucho que de lejos me llaman y siento un pequeño zamarreo-

-Que pasa? -Pregunte con los ojos todavía cerrados-

-Llegamos a destino, tiene que bajar-Identifico la voz, sé que el que me esta hablando es Robert uno de los hombres de mi abuelo, su mano derecha.

-Bien, gracias por despertarme-Dije abriendo finalmente los ojos y dedicándole una sonrisa-

-El me extiende su mano y cuando yo la tomó me ayuda a levantarme- Gracias nuevamente -El me sonríe y baja atrás mio, al descender del avión me encuentro no solo con mi abuelo y su gente sino también con mi tío y su mujer y Allison, mi prima, ni bien la veo corro hacia ella y nos damos un fuerte abrazo que fue interrumpido por mi tío que se lanzo a apretujarme toda, luego de saludar secamente a su mujer, me di cuenta de la presencia de una quinta persona que fue presentada como Lydia, mejor amiga de mi prima y la que me alagó desde un primer momento por mi sedoso y brilloso pelo y por el gran sentido de la moda lo cual me hizo reír, mi tío agarro mis valijas las cuales tenia Robert y Allison se hizo cargo de mi bolso. Subimos a la camioneta de mi tío y marchamos rumbo a su casa, a la que llegamos después de solo unos minutos.

"No hay lugar como el hogar" -Dije con un tono melancólico ya dentro de la casa que me vio crecer, la casa de los Argent.

-Es bueno tenerte de vuelta -me dice con una sonrisa Allison-

-Es bueno estar de vuelta -Le contesto con una sonrisa y es verdad, después de todo lo que pasó en estas horas es un alivio volver-





Argent (D.H) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora