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California, Estados Unidos. Febrero 16.

Abrí mis ojos poco a poco, al principio mi vista estaba nublada pero luego pude ver todo con mucha claridad. El techo de mi habitación era ¿negro? No recuerdo esto. Intenté moverme pero en un principio no funcionó; luego logré levantar mi mano tapándome los ojos de la luz.

Me pareció raro no sentir una molestia en mis pantalones, la cual siempre estaba ahí todas las mañanas (si saben a lo que me refiero). Tampoco escuché a la bola de pelos que rescaté en la lluvia, hace unas horas (la cual maullaba cuando me quedé dormido).

Unos cabellos pelirrojos cayeron a mi rostro, abrí la boca asustado, yo no tenía el cabello largo (ni rojo). En cuanto los toque observé mis manos, las uñas estaban pintadas de un azul brillante y los dedos eran mucho mas delicados que los míos. ¡¿Que demonios está pasando?! ¡¿Con que sustancia me drogué?!

—¡¿Por qué no siento mi pene?! —grité asustado llevando mi mano hacia la entrepierna, pero mi voz salió como la de una chica, conocida— ¡¿Qué demon...

Allí no había ningún aparato reproductor masculino, en cambio, sentí algo totalmente diferente y agradecí estar usando ropa interior. Me levanté un poco para observarme mejor, traía una camiseta blanca pero ¿porque tengo dos bultos en el pecho? ¿Estos son senos? No puede ser posible ¿Estaré soñando? Si, definitivamente.

—Mierda, mierda, mierda —susurré observando el cuarto, mientras tocaba mis nuevos pechos— esto no es mio, ¿que hago aquí? ¿porque me siento como una chica? Es un sueño, es un sueño. Abriré los ojos y estaré en mi habitación.

Cerré los ojos esperanzado y luego los volví a abrir, no funcionó todavía estaba en ese cuarto. Repetí el proceso por tercera vez, sintiendo lagrimas en mis ojos, no me podía estar pasando esto. ¿Porque se siente tan real? ¿Porque era una mujer? Era la sensación mas extraña de toda mi vida, con un vacío en mi entrepierna (las cuales parecían estar mas livianas).

—¿Que está pasando? —pregunté levantándome de la cama, mientras me observaba detenidamente, mis piernas eran largas y bronceadas. Encontré un tatuaje en mi muñeca, una pequeña mariposa purpura—. Yo reconozco esto...

Solté un grito corriendo hacia uno de los espejos, sin antes parar para maldecir no sentir algo colgando dentro de mis pantalones cuando caminaba en ropa interior. Me sentía mucho mas ligero, entonces encontré en el espejo algo que nunca imaginé ver. Era...

—¡Alice Green! —grité a todo pulmón, sintiendo mis ojos nublarse, mi cabeza comenzó a dar vueltas y miré hacia todas direcciones en busca de una falla— demonios.

Entonces caí, golpeando mi cabeza en el suelo, sintiendo mis ojos aun mas pesados mientras agradecía que esto sea solo un sueño y feliz de poder despertar, sonreí agradecido. Luego, todo se volvió negro.

...

El dolor en mi cabeza era horrible, imaginé que me había caído de la cama luego de ese sueño y al tocar a mi alrededor comprendí que estaba en el suelo. Me levante todavía con los ojos cerrados, pensé que fue el sueño mas traumatico de mi vida y agradecí estar devuelta, aunque sentía haber adelgazado un par de kilos luego de ello.

—Eso fue horrible y algo genial —reí con la voz apagada. Pero no resultó como yo quería— espera...

Abrí los ojos de golpe, encontrándome en la misma habitación de antes, con las paredes violetas y el techo negro. Me miré en el espejo delante mio y solté un nuevo grito asustado, seguía siendo Alice. ¡Maldita sea, soy Alice Green! 

Me levanté del suelo, mirándome atentamente y comencé a temblar. Llevaba puesto un camiseta blanca con unas bragas color gris, no puedo creer que acabo de utilizar la palabra 'bragas' refiriéndome a mi mismo (¿o a mi misma?). Tenia el cabello pelirrojo (de Alice) desordenado y no podía hablar, lo tocaba en silencio. Solté un sollozo tocando mi cuerpo por todos lados, primero los senos y luego las piernas. No podía ser real.

Fanboys: el deseo de FinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora