1. Lluvia, sol y luna

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Disclaimer:

Todos los personajes que se mencionan/mencionaron en esta lectura, pertenecen a Hajime Isayama, del manga "Shingeki No Kyojin/進撃の巨人" .

Pareja: Eren Jaeger / Levi Ackerman.

Advertencias: Primer parte de la serie Green love.

Dedicatoria: Para Tsubame Hime, por animarme siempre y escuchar las cosas que tengo por decir. Por todas las historias ocultas detrás de un fanfic.

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Querido Levi:

Aún recuerdo el día que te vi por primera vez, lo recuerdo tan claro y tan bien como si acabara de suceder apenas hace unos minutos. Lo recuerdo tan malditamente bien, a pesar de que sucedió hace poco más de tres años. El recuerdo de aquella tarde de Agosto se reproduce una y otra vez en mi cerebro, como si se tratase de una cinta de película vieja y descompuesta.

Pero, ¿cómo olvidar aquella primera vez cuando nuestras miradas se cruzaron? Tal vez tú ni siquiera lo recuerdes, pero yo... yo lo guardo como el más bonito y preciado recuerdo; lo guardo cómo un secreto inconfesable, cómo un pirata receloso guardaría todos sus tesoros en las entrañas de la tierra.

Había pasado toda mi vida esperando encontrarme con alguien como tú, pero justo cuando no lo esperaba, justo cuando tenía la guardia baja... apareciste, en una lluviosa tarde de Agosto. Con aquellos hechizantes ojos color tormenta y esa piel tan pálida como la misma nieve.

Tus cabellos mojados caían por tu frente, pegándose en tus pómulos, eran tan negros como la noche. Pequeñas gotas caían de la punta de tus cabellos y hacían un silencioso recorrido desde tus mejillas, hasta tu barbilla. Para después simplemente morir en tu cuello, "¡quién fuera gotas de lluvia!", pensé.

Debí de observarte por un largo tiempo, porque incluso lo notaste y giraste el rostro en mi dirección. Y cuando tus afilados ojos se posaron en mí aquella primera vez... no supe si mi alma había regresado a mi cuerpo, o si por el contrario, había salido deliberadamente de él y había hecho su recorrido hasta ti, acabando con esos dos miseros metros que nos separaban, para llegar a donde te encontrabas, aún mirándome tan indiferente.

Probablemente aquella vez me robaste el aliento y me devolviste la vida. Tal vez en ese momento habías dado color a mi mundo y al mismo tiempo te habías adueñado de él. Quizá, y tú eras la lluvia que mojaba y yo el pavimento que sin poder evitarlo, se dejaba empapar. No sé, a lo mejor tú eras sol y yo luna, existiendo en el mismo infinito, pero sin tener una oportunidad de encontrarse.

Probablemente nosotros eramos el resultado de un eclipse, cuando luna y sol logran verse por fin. Alterando todo a su paso y oscureciendo al resto del mundo, porque en ese instante sol y luna se están conociendo y nada más importa, o tal vez reconociéndose, de otros antiguos eclipses de hace cientos de millones de años.

Entonces, luna descubre que en aquel agujero oscuro en el que moraba, se encontraba sol. Tan cálido y resplandeciente.

Nuestras miradas seguían conectadas, pudo pasar una hora, dos horas, tres, cuatro... o simplemente una fracción de segundo, no estaba seguro. Sólo sabía que el pequeño joven de cabellos negros y facciones delgadas, me miraba a mí.

Fue cuando sucedió, en ese momento mi cuerpo actuó solo, haciendo a un lado a la razón o el sentido común y pronto mis labios se estiraron, como si quisieran alcanzar a mis mejillas. Formando una pequeña mueca torcida. Te estaba sonriendo.

Sin embargo, la sonrisa no me fue devuelta, porque tan rápido como había aparecido, se había esfumado en el momento en el que volviste a girar el rostro, pasando completamente de mí; para después salir de aquel refugio que nos protegía a ti, a mí y otras cuantas personas más de la lluvia que no había cedido ni un segundo.

Te mire alejándote entre la ligera llovizna que amenazaba con volverse un aguacero pronto. Tu pequeño y delgado cuerpo se movía con agilidad mientras te perdías entre las calles de la usual ciudad transitada.

Aquel día me cambiaste, volviste a alguien que rechazaba el amor a primera vista en su más fiel creyente. Transformaste a una persona que creía que existían las casualidades y no el destino, en alguien que ahora ruega al destino que te haga parte de su vida.

Aquella tarde me dejaste ahí parado, con la sensación de que el mundo ahora era más hermoso y colorido, cambiaste todos los grises desteñidos por un lila pastel, que más tarde se acompañó por un azul cielo con pequeños destellos rosados.

Me dejaste con el pulso acelerado y corazón a punto de estallar en miles de pedacitos. Tambaleante, con las manos sudorosas. Finalmente y en pocas palabras, sol había dejado deslumbrado a luna. Extasiándose por aquel brillo peculiar del cual luna carecía y que sol parecía emanar sin ningún tipo de esfuerzo, casi sin que él lo notara siquiera.

... Aquel día, Levi, me volví esclavo de tu recuerdo. Deseando que nos volviéramos a ver dentro de una semana, de un mes, de un año, o si me encontraba de suerte en esta vida, volviéramos a vernos mañana y pasado mañana y todos los días.

Con cariño Luna, E. J

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All the love, Dragón.🐉🌹

Querido Levi; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora