Capítulo 11

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La vida en Londres era una vida cómoda y la familia siguió creciendo aún más.

Dos años después nació James un niño rubio de ojos verdes tan vivaz como su madre. Y sólo pasado otro año nació su último hijo, una niña castaña de ojos verdes muy tranquila y dulce.

Después de pasar seis años viviendo en Londres Candy vio que los pequeños y su marido tenían una rutina. Así que creyó que ese era el momento de centrarse en si misma.

Gracias al teatro tenían un círculo de amigos bastante amplio, sobretodo debido a su extrovertido y amigable carácter. La directora de la Cruz roja de la ciudad le había propuesto hacia tiempo impartir cursos de enfermeria, Candy se había formando en medicina con el Doctor Martin, tenía también diez años de experiencia como enfermera, así que decidió comenzar unas horas al día.

Por las mañanas aprovechaban el tiempo en familia, si hacia buen tiempo hacían alguna excursión o simplemente disfrutaban de la comodidad del hogar.

Por las tardes mientras Terry estaba en el teatro y los niños se quedaban en casa estudiando con los profesores particulares, ella acudía al centro de Cruz Roja para compartir sus conocimientos. Algunos días también hechaba una mano al médico que trabajaba allí con alguna urgencia, le encantaba estar en primera línea y atender a las personas.

Sussi Carson que había llegado a vivir a Inglaterra hacia un año tenía ya veinte años, se dedicaba a lo costura, pero siempre había sentido interés por la enfermerían alentada por la admiración que tenía hacia su gran amiga. Así que interesada por ese fascinante mundo comenzó a estudiar en las clases que impartía Candy. Al acabar el curso fue recomendada para trabajar en un hospital, acudía frecuentemente a casa de Candy, que le asesoraba y le enseñaba aún más técnicas y conocimientos.

Un invierno tres años después, Terry se percató que como los demás años en esa estación su mujer estaba más desanimada.

Sabía que le ocurría, la vida en la ciudad era demasiado fría y estresante para ella, así que le propuso a ir a vivir a Stratford Upon Avon, la Royal Shakespeare Company le había ofrecido varias veces trabajar con ellos, pero visto que los niños aún eran muy pequeños lo habían rechazado.

Ella aceptó encantada, la vida en el campo era una propuesta que no podía rechazar.

El cambio a aquella vida rural sentó realmente bien a todos. Alquilaron una casa con un gran jardín y una terraza con vistas al río Avon.

Candy retomó su pasión por la jardinería, renovando el viejo césped y plantando centenares de narcisos, también formó un pequeño jardín de rosales que eran admirados por todo el vecindario por su colorida imagen y por el perfume embriagador que invadía todo el barrio.

Terry disfrutó de más tiempo libre, en Stratford las actuaciones no eran tan frecuentes como en la gran ciudad. La parte negativa era que algunas veces tenía que desplazarse hasta Birmingham y actuar allí, sólo era durante el día, pero estar tantas horas alejado del calor de su familia era duro para él.

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Una tarde de primavera de 1937 Candy había acostado ya a los niños, fue al salón a esperar que su marido volviera de la función de esa noche.

Se puso a releer una carta de la señorita Pony, donde decía que se estaba recuperando de un problema de salud.

Desde que fue informada de su enfermedad, no habia dejado de pensar y rezar por ella dia y noche.

La Carta De Terry (Candy Candy Fanfiction) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora