Capítulo Cuatro: Mi nuevo juguete

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Capítulo Cuatro: "Mi nuevo juguete."

Narra Darryl:

Debo estar loco. Acepté la entrada de la casa de Edgar; el chico odioso.

 — Tu casa...¿Es lejos?— pregunté nervioso.

 — No,te ves nervioso ¿Estás bien?— me preguntó.

— Estoy bien.

 — Sabes si no quieres ir a mi casa,dime.— dijo con esa carisma que posee.

— Emm...es que yo...

— Sólo acompáñame a casa,iré a buscar algo.– dijo sonriéndome.

 — Claro— dije tímido.Caminamos hasta llegar a su casa. Su casa era amplia y limpia.

 — Puedes entrar si quieres.— me dijo con esa confianza.

— Esta bien.— dije y entré.

Narra Edgar:

 Lo estuve pensando y creo que es una locura. Mi nueva novia será Darryl. Me parece interesante. Quiero saber como se siente eso, pero dejenme decirles que no soy gay.Darryl sólo será otro de mi lista,un juguete.

— Bonita casa...— dijo al entrar. Le agradecí por el cumplido.

La verdad le había mentido,no tenía que buscar nada. Le miré y estaba en la sala. Me le acerqué y lo empujé al sofá que estaba detrás de él. Para luego colocarme encima de él.

 — ¿Q-qué haces? — preguntó nervioso.

 — Shh.....tranquilo...— le susurré al oído. Él se sonrojó inmediato.

— Y-ya dejame ir...— dijo.

 — ¿Porqué? — pregunté pícaro.

 — P-porque sí. — dijo desvíando su mirada.

Con mi mano hice que me observara a los ojos. Me acerqué aún más, sentía su respiración en mi cara. Acerqué mis labios a los suyos, presioné levemente sus mejillas para poder introducir mi lengua a su cavidad bucal. No tardé en entrelazar nuestras lenguas. Todo iba bien; hasta que Darryl decidió arruinar el momento.

— ¡¿Q-qué haces ímbecil?! — me preguntó empujándome.

— Sólo jugaba.

 — ¡No me gusta este juego! — gritó.

— Pues que mal,yo quería jugar.— dije picarón y me le acerqué otra vez.

 — Y-ya déjame ¿Quieres?,me voy. – dijo pero no le permití levantarse del sofá.

— Vamos jugar.— dije quitándole la camisa. Obviamente el chico estaba sonrojado.

 Bajé mi rostro hasta su abdomen para comenzar a dejar un camino de besos hasta su pecho. Acerqué mi mano derecha para comenzar a jugar con un pezón mientras lamía el otro sin vergüenza alguna

. — E-eres...nhg...un ímbecil...— me dijo entre gemidos; algo que me excitó demasiado.

— Tranquilízate,todavía no ha llegado la mejor parte.— le dije para entrelazar nuestras lenguas nuevamente.Dejé de jugar con su pezón para bajar la mano a su entrepierna y comenzar a acariciar por encima de su pantalón.

— E-edg-gar...dé-éjame...te lo...ngh...suplico.— gimió casi sin entenderse, lágrimas comenzaron a brotar.

Verlo así, simplemente me gustaba, era obvio que le gustaba, ya que esos gemidos eran de placer. Pero al apenas conocerme le hace sentirse sucio.

Sin dejar de moverse, logré quitarle lo que le quedaba de ropa. Tenía pensado dilatarlo pero como no a querido cooperar, tendrá su castigo. Se exasperó aún más cuando me vio quitándome los pantalones junto con el bóxer.

Abrí sus piernas, dejándome ver su entrada. Masturbé un poco su miembro para luego acercarlo a mío y seguir un movimiento.

 — Nhg...

No pude evitar reír, el pobre ni podía hablar. Dejé de masturbarlo y acerqué mi miembro a su entrada. Y sin delicadeza alguna, entré en él.

Un grito desgarrador salió de sus labios, el cual fue acompañado por unas lágrimas que bajaban por sus mejillas.

Fui dándole embestidas rápidas y fuertes,me sentía excitado. Él sólo gemía de dolor y lloraba.

—Ah....

 Mientras le daba esas embestidas le masturbaba su miembro. Ese placer era inmenso.

 — M-me voy...a correr...

Sólo le asentí mientras gruñía por el placer. Y unos segundos después, lo hizo; se corrió llenando su abdomen de su propio líquido.Luego de correrme al tener esa aventura me senté en el sofá.

— ¡Eres un maldito ímbecil!, ¡Me acabas de hablar y ahora me violastes!— me estaba peleando. Recogía su ropa para vestirse.

 — ¡Ay por favor!,admite que te encantó.—le dije picarón.

 — No....— negó dudando.

— Sabes que ahora eres mío.— le dije.

 — ¡Púdrete!— me dijo rojo.Me puse mis pantalones.

 — ¡Me voy!—gritó dirigiéndose a la puerta ya vestido. Pero yo no dejaría que se fuera.

 — ¡No vas a ningún lado!— le dije bloqueándole el camino.

— ¡Déjame ir!

— No porque eres mi nuevo juguete.

Sólo Bésame  <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora