Prólogo

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-¡Vamos! –urgió Elissa agarrando a Brianna del antebrazo y guiándola entre aquel bullicio de gente que se arremolinaba alrededor del cuadrado de lucha- Va a empezar la pelea y tú ahí, en tu mundo, como siempre.

-¿Eh? –preguntó Brianna sorprendida moviendo la cabeza para despejarse.

-A eso me refiero –suspiró Elis exasperada- Nunca cambiarás.

Brianna bufó molesta.

-¡Pero si me amas tal y como soy, Elis! ¡Te mueres por mis huesos! –excamó Brianna sonriendo maliciosamente.

Elissa también sonrió tímidamente mientras seguía avanzando, esquivando a personas que se lanzaban a por ellas con la intención de empezar algún jaleo en pleno espectáculo.

-Te toca Rockwood –dijo Elissa en ese momento- Es grande y fuerte, un buen oponente.  Será una pelea digna de ver.

-Todos con los que he luchado te parecen buenos oponentes y ninguno daba la talla –replicó Brianna soltándose del agarre de su amiga y adelantándola, pues odiaba su paso tan lento- Son todos muy malos. El día que llegue un luchador de verdad a este antro será el fin del mundo.

Elissa puso los ojos en blanco, pero no contestó. Sabía perfectamente que no debia empezar una pelea con Brianna, sino acabaría mal. Se veía de lejos. Se detuvieron frente la entrada al cuadrado, donde Brianna pudo distinguir a un hombre alto y robusto de cabello negro rizado y la mandíbula cuadrada y dura, con una gran cicatriz surcándole el rostro desde la ceja derecha hasta el mentón.

-Ese es Rockwood –le murmuró Elissa a Brianna.

-Pan comido –le contestó Brianna golpeando los puños entre sí y moviendo el cuello para estirarlo- Esto va a ser como coser y cantar.

-Para el carro, Underwood. Las apariencias engañan –le recordó Elis estudiando de arriba abajo al contrincante- Parece tonto pero no lo es. De eso estoy segura.

Brianna puso los ojos en blanco y se despidió de su amiga con un movimiento de cabeza. En menos de un segundo ya se hallaba dando vueltas en el interior del cuadrado, esprando como un depredador al acecho a que su presa hiciera el primer movimiento. Y así hizo. Su mano cerrada un puño fue lanzada con precisión al rostro de Brianna, pero esta se agachó para esquivarlo y enchufó un gancho directoa las costillas de Rockwood. Este gruñó al escuchar los gritos de los presentes vitoreando el nombre de Brianna. La aludida sonreía de oreja a oreja. Dirigía furtivas miradas a Elissa y al resto del público hasta que su mirada se encontró con unos hermosos y cautivadores ojos verdes, llenos de burla y diversión. A Brianna se le hizo la boca agua cuando unos saltarines rizos castaños se movieron de un lado a otro y una preciosa sonrisa se abría paso en su pálido rostro.

-¡Brianna! –Elissa gritó su nombre alarmada y Brianna regresó al mundo de nuevo, justo en el momento en el que Rockwood le golpeaba en el estómago con furia.

Cuidado con la pelirroja (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora