Nothing is Impossible

Capítulo 3

-Te he extrañado tanto- dice Greg con un tono de tristeza.
-Yo también, no tienes una idea de cuanto te necesite durante estos tres meses- Le respondo con toda sinceridad, ya que Greg se había ido durante tres meses a Europa con sus tíos de vacaciones.
Recojo mis libros y nos dirijimos a nuestra siguiente clase, la cual la compartiría con mi mejor amigo.
Llegamos al salón más temprano que la maestra por lo cual nos sentamos juntos en los últimos asientos del fondo, unos cuantos murmullos me sacan de mis pensamientos, y noto que todas las miradas estaban centradas en aquella chica que iba entrando Amber Thompson, la actual novia del chico del cual estoy perdidamente enamorada. Ella es hermosa, cuerpo de infarto, melena rubia, calificación perfecta. Definitivamente compitiendo con ella no tenia ninguna posibilidad con Austin, yo me la quedó mirando hasta que la maestra ingresa y incia con la clase.
La clase había terminado con algunos cuantos regaños por parte de la maestra hacia Greg ya que él no guardaba silencio un segundo, se la paso contándome acerca de sus vacaciones y en cómo se la paso de niñero cuidando de sus primos.
Llegamos a la cafetería, íbamos a pedir nuestro almuerzo hasta que una voz chillona nos interrumpe -No tienes una idea de cuanto tiempo te estuve buscando, donde estabas?- me regaña mi mejor amiga Sarah.
-Hola que tal tus vacaciones? Las mías muy aburridas. Si yo también te extrañe- Le respondo con sarcasmo y una sonrisa en mi rostro.
Ella me da un fuerte abrazo -En serio estaba un poco preocupada, tengo tantas cosas que contarte- me responde ella sin soltarme, de fondo se escucha un pequeño carraspeo, era Greg el cual estaba un tanto incómodo por tanta demostración de afecto en público.
Sarah me suelta y se dirige hacia el y le da un fuerte abrazo que desde aquí podía ver como Greg se estaba poniendo morado y se quedaba sin respiración.
Compramos nuestro almuerzo y nos dirigimos a una mesa vacía, nos sentamos y empezamos a charlar sobre nuestras vacaciones. De un momento a otro tenía la sensación de que alguien me estaba observando, buscó con la mirada a esa persona y me encuentro con aquella hermosa sonrisa y esos bellos ojos. Austin Jones me estaba mirando por segunda vez en menos de 24 horas y no sólo eso, estaba sonriendo.