Dos

3.2K 86 2
                                    

2

-Deja de buscarme.

Su voz se siente pesada a pesar de ser un susurro, tan masculina como sutil, tan inquietante como destructora. El deseo de que sea él es demasiado fuerte, demasiado profundo, quiero suplicar que sea él, necesito que sea él. Tal voz solo puede pertenecer a tan tremendo hombre, a mi hombre.

Girándome bruscamente me acorrala contra la columna, siento su gruñido y creo dejar de respirar por una eternidad al sentir su cadera contra la mía, su frente junto a la mía. Nuestras respiraciones comienzan a entrelazarse y entonces lo veo cuando su aliento se mezcla con el mío. Su mirada penetra aún más en mi interior, a milésimas de segundos de la mía, haciéndome estremecer, sintiéndome derretir.

-Me has calentado demasiado, nena.

Madre mía, madre mía. Me siento alborotada, todo mi ser corre de un lado a otro despavorido, conmocionado y al filo de la histeria. Susurra contra mis labios y siento desmayar.

Por un momento las palabras de Steff se amontonan en mi mente "Es un tipo peligroso". Por segundos siento pánico "Me has calentado demasiado nena" ¿Me hará algo? Por dios Mi, lo estás deseando, no deseo tanto algo desde que fui nombrada capitana de las animadoras y de eso hace ya tres años.

-Estaba...pensando en cómo solucionarías...esto.

Aprieta fuertemente su cadera contra la mía, lo siento erecto completamente pegado a mi pelvis. Mis ojos se entrecierran, reprimo un gemido y me ruborizo. Su tacto, su olor y su voz comienzan hacer temblar todo mi cuerpo, hasta el punto de no poder sostenerme por mis propios pies.

Es él...está aquí...tocándote...

-Por favor sigue bailando nena.

"Por favor... sigue bailando nena" Su mano recorre mi muslo derecho, sin ningún pudor. Sube más arriba apretando levemente mi nalga, haciéndome arquear.

¡Dios mío su toque! Si su mirada es mi muerte, su toque la hace dolorosa, lentamente dolorosa.

Y entonces se aleja ¿Por qué? ¡Quiero gritar! Atrapa mi mano y me dirige de nuevo hacia la pista de baile, mis pasos son torpes, nerviosos, si no estuviera sosteniéndome hubiera caído de bruces al suelo, oh créeme que hubiera caído, como ángel.

-Baila de nuevo para mí- muerde su labio inferior para soltarlo después en un lento y excitante movimiento, causando su humedad en él y causando la excitación en mí.

Se dirige al sofá situado frente a nosotros, agarra su copa de ron y se sienta, recostando su espalda en éste, sus piernas quedan ligeramente abiertas, estimulándome, provocándome, tomando una posición arrebatadoramente sexy.

Se pasa la mano por el mentón, acaricia su corta barba y más tarde la descansa en su rodilla, mientras pega un sorbo de su ron, haciendo volver esa mirada penetrante que arde en mi piel, esta vez más deseosa que antes, más expectante que la última vez.

Mis pies se niegan a moverse, mi cuerpo no responde a ningún estímulo, estoy asombrada, atónita, aturdida, es demasiado para procesar. Miro confundida al hombre que me ha robado el aliento.

"Baila para mí" vuelve a resonar en mi cabeza, oh dios mío voy a volverme loca. ¡Él quiere que baile, que baile para él!

¿Cómo tan fascinante hombre se ha fijado en mí, como tan fascinante hombre me pide bailar para él?

Me encuentro inmóvil delante de mi hombre, siento que soy la única en la pista de baile y él es el único espectador entre todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Ignoro todo lo que no tiene que ver con él, me lleno de valor y camino torpemente hasta donde se encuentra sentado, la voz de Ryan Tedder comienza a llenar mis oídos haciéndome sentir fuerte, decidida, segura de mi misma; le alcanzaré, de eso estoy segura, sea ángel o demonio lo haré, porque lo deseo, más esta noche que ninguna otra.

PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora