Pasados tres meses y una serie de encuentros casuales, me volví a ver con mi ex. Andrés, simplemente perfecto de pies a cabeza, pero tan perfeccionista que es capaz de querer cambiarte para que encajes en su estereotipo. Todo lo que el quería de mí yo no podía dárselo. Soy conformista conmigo misma no con los demás.
La tarde que nos vimos yo no tenía esperado ni recibir un beso suyo. Se estaba separando de la chica por la que me dejó meses antes, y yo honestamente le quería demostrar que podía contar conmigo. Cuando él vino a mi casa empezó a soltarme cabos con la idea de que yo lo hubiera llevado a mi casa para "algo mas" que solo charlar. Y me beso repentinamente pero lo deje hacerlo y me lleve a mi misma a un abismo del que no sabia si soportaría la caída.
Así fue como sentí por primera vez que lo quería a él y no a Andrés. Supe que Andrés no era lo que necesitaba, porque el nunca iba a dejar de pensar en el para priorizarme. Y así fue como me enamore, o por lo menos por un tiempo creí que lo hacía. Creía que para el yo era tan irreemplazable como el para mi. Sentía que en sus besos vacíos podía refugiarme de las tempestades que me rodeaban, pero no era así. El no buscaba llenar un vacío inconcluso en mi, el también solo pensaba en si mismo, como Andrés y en poder manipularme para que yo siga dándole mas de mi sin pedir nada a cambio. Pero yo lo hacia, yo fui capaz de vaciarme hasta el limite por complacerlo, por creer que el me quería y como yo lo quería a el iba a poder solucionar alguno de los desastres en su cabeza. Pero no. No era así de fácil, no con el por lo menos.