Tobillo Roto

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CAPÍTULO EDITADO

Emily's POV

Coloqué algo de rubor en mis pómulos y sonreí al ver mi resultado.

-¡Cada día más linda! -me dije haciendo un chasquido con mis dedos. Dejé el rubor en mi estuche de maquillaje y salí de mi habitación hacia la sala. -Buenos días, Edward.

Edward, mi padre, me dedicó una sonrisa de oreja a oreja y me saludó con la mano. El padre de Drake y el mío trabajaban juntos, lo cual lo hacía más emocionante para mí. 

Ver el rostro de Drake, ¡Es fabuloso! 

Unas facciones tan atrapantes, un cabello estilo sexy a pesar de no estar en esta temporada esos tipos de peinados, y una voz para escuchar todo el día. 

Lástima que esa perr... emm, esa chica, lo tenga en sus manos.

Pero pronto va a conocerme. Pronto va a saber que a mí, no me quitan NADA.

Drake's POV

Los Ángeles es más edificios que tierra. ¡Hay por doquier! Altos, bajos, u hoteles. Voy a marearme de ver tantas alturas. 

-Me encantan los waffles, ¿Por qué no puedo pedir uno? -preguntó Lucy por cuarta vez. La había llevado a desayunar a un Café de la ciudad, para hacer un recorrido.

-Porque ya has pedido tu chocolatada y plantillas -respondí dándole un sorbo a mi café con leche. 

El café lucía amplio, con mesas repartidas en filas. A estas horas, las personas eran escasas. Los rayos del sol entraban perfectamente por las ventanas y un chico de estatura baja limpiaba los pisos del lugar con una cara de aburrimiento muy graciosa.

Luego de terminar el desayuno y charlar un rato con mi hermanita, pagamos el desayuno y continuamos con nuestro recorrido por LA.

-¿Podemos volver a casa? -preguntó Lucy luego de caminar unos cuantos metros lejos de la cafetería.

-Como tu digas, princesa -asentí y le tomé por los brazos para cargarla en mi espalda.

-¡Arre caballo! -gritó moviendo las manos de una forma extraña. Luego me susurra: -Se supone que deberías hacer algún sonido como un cabello, Drake.

-No haré eso -gruñí en molestia y caminé hasta la parada de autobuses para tomar uno. Justo cuando llegó el que necesitábamos, Lucy preguntó:

-¿De qué se ríen esos niños? 

Eché una mirada. A lo lejos pude divisar un grupo de niños en círculo, gritando como locos.

-¿Puede esperar un momento? -me dirijo al conductor.

-No puedo estar parado aquí, debo ir a la otra parada -respondió. Asiento y bajo a Lucy de mis espaldas para tomarle de la mano y dirigirnos a aquel grupo de niños locos.

Acercándome cada vez más, siento al autobús arrancar e irse para perderse a nuestra vista.

-Quédate aquí -le ordeno y asiente tímidamente. -No son niños, son jóvenes.

Mientras me acercaba a los niños, los gritos se me hacían más irritantes. En cuanto estaba lo suficientemente cerca, empujé a dos chicos para ver lo que estaba ocurriendo. 

Un joven de no más de 13 años: rubio, de lentes negros, y una piel clara; tirado en el piso. Luego, por el otro lado, un chico de no más de 17 años golpeándolo y la gente alrededor alentando y aullando por cada golpe que este le dedicaba al joven. 

Algunas personas solo se dedicaban a observar, bobos.

-¿Cómo se llama el grande? -le pregunté a uno de los que se encontraba callado.

-Justin- respondió.

-¡Hey, Justin! -lo llamé entre la gran multitud, quien me daba espacio para entrar dentro del círculo junto a esos dos chicos. Me acerqué a Justin y lo tomé por los hombros para alejarlo del joven. Lo miré, mandando una amenaza. Llevaba moretones livianos mientras el chico de 13 años lucía grandes golpes. 

-¿Quién te crees, mi madre? -preguntó.

-Eres muy poco hombre, ¿No es cierto? -dije tomando al chico lastimado lentamente para que pudiera ponerse de pie. -Seguro que desconfías de ti mismo y quieres probar tu fuerza a todos estos ineptos que te rodean, golpeando un niño. Pero, ¿Por qué no me golpeas a mí, huh?

Miré al chico menor y le pregunté cómo se llamaba.

-Thomas -respondió en casi un susurro.

-Deja a ese chico donde estaba -me desafió, Justin, acercándose a mí.

Me iba a rehusar a golpear a ese niño ingrato, pero su puño golpeó mi mejilla con tanta fuerza, que me hizo irritar.

-¿Sabes lo que siente Thomas cuando lo golpeas? -le respondí el golpe de esta forma, y llamé la atención de todos. -Siente esto, imbécil.

Luego de esto, le golpee en el rostro haciendo que cayera en el suelo. Lanzando chillidos de dolor, no me generó ningún tipo de tristeza.

-¿Lo entiendes ahora, no es cierto? -pregunté y no respondió. -¿NO ES CIERTO?

-Lo entendí, ya cálmate -dijo rápidamente.

-No quiero saber que tocas a este chico, ¿Me oyes? -dije. -De ser así, te daré algo peor que ese moretón en tu ojo, idiota. -miré a mi alrededor. Todo el par de adolescentes me me miraron expectantes. -Vuelvan a sus vidas, buenos para nada.

Dicho esto, comenzaron a dispersarse en diferentes sentidos. Atravesé a muchos de ellos con Thomas de la mano, para acercarme a mi hermanita. En el camino, unas chicas se acercaron para sonreirme y elogiar mi acto. 

-¿Cómo te llamas, Superman? -preguntó una tomando mi hombro.

-Podrías ser mi protector...-comentó la otra a su lado. 

Me detengo y me río de manera irónica para mirarlas. 

-1) Tengo una novia muy hermosa que se respeta mucho más que ustedes, baratas. -dije. -Ustedes pudieron hacer que ese pedazo de psicópata lo dejara de golpear. Pero solo se quedaron allí, disfrutando de cada golpe. 

Una vez dicho esto, seguimos nuestro camino con Thomas para cruzarnos con mi hermana.

-No debiste hacer eso- habló por fin Thomas.

-No puedes dejar que te golpen -dije y miré a Lucy. Sus ojos estaban cristalizados y tenía los brazos cruzados.

El chico se cruza de brazos y dice: -Me han rapado hace unos años sin mí consentimiento. Ay mierda...

-¿Qué le pasa? -preguntó, Lucy.

-Mi tobillo, duele -susurró. 

No dudé un segundo en cargarlo a mis espaldas a pesar de su edad. 

-Te llevaré a tu casa, estarás bien, ¿Sí? -le dije esperando respuesta.

Thomas asiente y me dice su dirección.

LA BAILARINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora