With you. ||Lysandro||

2.

-Disculpe señorita- una voz masculina me devolvió a la realidad, miré hacia atrás para comprobar que me llamaban a mi y así era, un chico estaba alli, probablemente de mi misma edad, me observaba con curiosidad. Me quedé pasmada, es quizá el chico más, ¿único?, ¿inusual?, ¿atractivo?, había algo en el que era ... -Señorita, ¿se encuentra bien?

-Si -respondí casi en automático, creo que me quede mirandolo por más tiempo del que pensaba, simplemente me era inevitable no hacerlo, su cabello era algo platinado, vestía algo parecido a un traje de gala, pero un poco más al estilo victoriano, pero lo que más llamo mi atención fue el color de sus ojos; eran totalmente diferentes. Uno era de color verde, como una piedra preciosa; el otro era de una tonalidad amarilla, algo parecido a la miel. Creo que he sufrido la peor de las enfermedades: El amor a primera vista. -Lo siento, estaba distraída.

-Tranquila, solo me preguntaba si se encuentra bien, pude apreciar que algo esta inquietando su mente - el tono de su voz, además de armonioso, sonaba realmente preocupado.

-Estoy un poco perdida, soy nueva por aquí, salí a conocer los alrededores y ahora no se como volver -le sonreí, estaba nerviosa, si lo admito. El me seguía observando, era intimidante, hubo un breve silencio, me arme de valor para que las palabras salieran de mi boca -Soy Alessa, un gusto -extendi mi mano hacia el. Si alguien me hubiera dicho lo que pasaría después no lo podría haber creído

-Me llamo Lysandro, un placer conocerte - tomo de mi mano con suavidad, llevandola hacia su rostro para después depositar un delicado beso en ella; en este punto mis mejillas ardían como nunca. Nuestras miradas se cruzaron por un breve momento; un gran relámpago se escuchó a lo lejos y unas cuantas gotas de lluvia cayeron sobre mi rostro.

-Tengo que volver, no quiero quedarme atrapada en la tormenta- di un paso hacia atrás, aunque mi mirada no se alejaba de el- Ha sido un gusto...

-¡Lysandro!- un chico pelirrojo de acercó a nosotros, llevaba una mochila al costado- Dejaste tu libreta en mi casa.

-Ah, muchas gracias Castiel- aprovechando un poco la situación, tomé mi bolso para irme cuando sentí la mano de Lysandro en mi hombro- Te presento a Alessa

-Hola- respondió el pelirrojo sin ninguna gana, me observó por un momento para luego dirigir su atención a Lysandro- Debo irme ya, Su debe estar esperandome, nos vemos después- no dijo nada más, solo pude ver su silueta desaparecer entre la multitud.

-¿Siempre es tan amable?-

-Me disculpo por su actitud, creo que llega tarde a su cita. Es un buen chico, a su manera.

-No lo dudo- ambos sonreímos al ver como el pelirrojo caminaba como alguien que va a correr un maratón- Bien, creo que... -en un abrir y cerrar de ojos, la lluvia comezó a caer sobre nosotros, ahora si estoy en un lío, además del resfriado que tendré, mi madre me castiga seguro. Inesperadamente sentí algo sobre mis hombros, seguido de una sensacion de calor; al girar mi rostro pude ver que Lysandro habia puesto en mi su saco, cubriendome de la lluvia, ¿acaso estoy soñando?, ¿él es real?; ahora mismo pareciera que me fuera a desmayar.

-Podemos ir a la tienda para protegernos- mencionó con una leve sonrisa en su rostro- Cuando se calme, prometo llevarte hasta la puerta de tu casa.

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Llegamos a una tienda de ropa a un par de calles de donde nos encontrabámos antes. Por un momento sentí como si perteneciera a este lugar desde hace bastante tiempo. Las calles, las personas, todo.
Sin realmente desearlo, unas cuantas lágrimas resbalaron por mis mejillas; me hacían falta muchas cosas y eso dolía.

-Hay gotas de lluvia en tu rostro- sentí la mano de Lysandro en mi rostro, retiraba mis lagrimas con su pulgar-

-Cariño, también has olvidado tu paraguas, ¿pero que haré contigo?- una chica se acercó a él, su cabello era de la misma tonalidad, sus ojos eran color miel y llevaba un vestido que combinaba con sus ropas; sin duda es su novia. La mirada de ella se posó en mí con curiosidad- ¿Quien es?