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— ¡Buenos días, chicas!— gritó SuAh tomando un lápiz— Vaya, veinticuatro horas más sin la policía, ¡asombroso!

Todas comenzaron a aplaudir.

La primera vez que se encontraron, cuatro de ellas llevaban esposas amarradas con fuerza en sus muñecas –a excepción de Aejin, que lloraba en el suelo mientras la policía la arrastraba por la calle...

—¡Mamá, ayuda!

... pues habían sido sorprendidas robando.

No eran la clase de grupo de amigas que se conocía en la secundaria y que luego terminaba partiendo caminos de por vida luego de la graduación. No. Las cinco se conocieron luego de ser descubiertas hurtando playeras en una tienda de segunda mano –bueno, no es que hayan sido las únicas, pero sí las únicas que atraparon.

Y ahí estaban, sentadas en la furgoneta policial esperando algún rescate.

Desde ese entonces, ninguna sobrevive sin la otra.

— Buenos días, Junghee— SuAh despeinó el cabello de la rubia, bostezando con pereza. Se quedó sentada al lado de la otra chica para luego hablar:— ¿Qué tal tu noche?

— N-no lo sé — respondió mirando sus barniz de uña rojo algo nerviosa — ¿Por qué no le preguntas a Seoyoung y su libro? De seguro se han divertido muchísimo.

— ¡Christian se va a coger a Ana...! ¡Y por quinta vez!

— ¡Ya cállate, puta! — gritó Junghee, exasperada. No había logrado pegar una pestaña la noche anterior por culpa de la loca — ¡Cuando tienes un orgasmo te oyes como un simio, no como una persona normal!

— De seguro lo dices porque nunca has tenido uno,— espetó Seoyoung, mostrándole su dedo de en medio sin pudor alguno— ¿quieres intentarlo, preciosa?

— Hey, hey, ya basta —SuAh regañó, observándolas desde la cocina— Estamos unidas, las discusiones no están permitidas acá. Si quieren eso, pues mueven sus traseros de esta casa — habló con un tono seco, dejando atrás a ambas de camino a la otra habitación.

SuAh suspiró, sonriendo como una madre luego de ganar una discusión, porque sí, eso era; la mamá de unos polluelos. De no haber sido por ella y su astucia, el grupo se habría disuelto dejando en manos de la policía a cuatro mocosas sin experiencia como para sobrevivir en una cárcel.

— Hola, Ji —sonrió dulcemente, acariciando el cabello de la primera muchacha que se había encontrado en el camino— ¿Qué tal? ¿Todo bien?

Hyun Ji la observó mostrando sus dientes. La capacidad de esa chica para jamás dejar e sonreír le sorprendía y tambien la de ser tan torpe.

De poder haber obtenido una lista de todas esas veces en las que casi las descubren por su culpa, probablemente habrían sido metros y metros de papel. Pero la perdonaba, porque muchas veces esos errores les salvaban el pellejo.

— Anoche vi una película con Aejin-unnnie — Hyun Ji sonrió—, y creo que todavía sigue llorando.

— ¡SuAh!

Aejin sorbió su nariz mientras entraba corriendo al cuarto. Se aferró a la mayor de sus amigas y comenzó a sollozar:—¡J-Jack y Rose! ¿Ya la has visto? ¡Rose amaba a Jack pero el barco se hundió y...! ¡Y... Jack murió!

Que alguien librara a SuAh de esa agonía.

— Ya, ya, no llores— murmuró— Jack está vivo, lo puedes ver en otra película— SuAh miró a HyunJi tratando de buscar ayuda. Como todas sabían, comunente apestaba dando consejos por su personalidad algo fría, pero ahora tenía a una de sus mejores amigas llorando por Leonardo Dicaprio entre sus debiluchos brazos— Anda... — dijo entre dientes observando a la otra — Ayúdame.

— Iré a desayunar— exclamó HyunJi— ¡Adiós!

Y salió.

No sin antes golpearse contra la puerta.

— ¡¿Estás bien?!

— ¡Eso creo!

SuAh volvió su vista en Aejin, que seguía llorando como un cachorro adolorido.

—El amor es tan cruel, SuAh...—sorbió su nariz y luego la movió contra la camiseta de su amiga dejando un rastro de mocos— El destino los separó para siempre.

Esa.

Era.

Ropa.

Nueva.

— Aejin, vamos, no llores—dijo SuAh aguantando las ganas de golpearla en la cara por manchar su camisa —¡Eres una mujer fuerte! ¡Aejin, fighting!—le dio unas palmaditas en la espalda para luego empujarla fuera de allí, sacándole un grito que, para ser sincera, le importó un comino— Demonios... — tomó una banana y salió en busca de su grupo

Una vez escucharon por ahí que la gente roba por necesidad, y vaya que sí. Después de todo tener que conseguir ropa y comida para cinco chicas era díficil, sin contar los animales que Hyunji llevaba de la calle para cuidarlos (como la cabra del mes pasado o el lobo de hace unas semanas).

Porque sí, estaban locas de remate y eso era lo mejor.

SuAh abrió su computadora mientras mordía su banana. Miró un par de vídeos, leyó el diario online y visitó páginas de hermosa ropa que se adornaba con unos precios bastante altos. Podía pagarlos, era fácil, pero el problema estaba en salir de casa sin que la policía la notara.

— ¡Joyería! — gritó Junghee de repente mirando la televisión— Diablos, yo necesito ese anillo, ¿no me haría lucir gorda?

—¿Cómo diablos un anillo te hace lucir gorda?— SuAh lanzó uns carcajada, caminando hacia el sofá donde sus tres de sus amigas descansaban— Se ve muy bonito.

—Siempre muestran cosas bonitas en los noticieros, SuAh, ¿por qué crees que la gente los ve?— Junghee rió— Deberíamos ir a visitarla un día, solo verla, no robar nada...

—Pues-

— ¡Chicas, miren! — HyunJi comenzó a reír— ¡Estamos en internet! ¡Es i foto de hoy por la mañana! ¡Qué divertidas nos vemos! Parece sacada por un avión!

—Mierda, Hyunji, ¿de cuándo es eso?— Seoyoung le quitó el teléfono de las manos y tragó duro, sintiendo como su cuerpo se desvanecía.

SuAh exhaló, sin esperar siquiera una respuesta. Sus manos temblaban pero sus piernas se mantenían fuertes.

— Nos vamos ahora, empaquen todo— se dio media vuelta— Pero antes iremos por algunas joyas para celebrar la mudanza.

Reporte Policial
Se informa el avistamiento de las Criminales de Seúl desaparecidas hace dos meses.
La noticia será actualizada.

Holy Robbers | EXO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora