MEGAN
-Entonces, ¿Iremos de compras hoy?- Dijo Camila mientra entrabamos juntas al aula.
Michelle, Bea y Nicole contestaron a su pregunta mientra hablaban de a que tiendas les gustaría ir y que zapatos necesitaban comprar.
Apesar de ser un tema que yo amase no podía simplememte concentrarme en la plática.
Aquel chico nuevo seguía mirandome. Vaya idiota.
Apostaría que es de esos que creen que con sonreirte ya te tendrán en su cama.
Desde hace ya tiempo estaba acostumbrada a lidiar con imbéciles como él. Aunque no lo negaré, amo jugar con ellos.
Él era guapo, bastante en realidad, sus ojos viajaban entre el gris y el azul, los cuales contrastaban con su cabello castaño. Lindos dientes y bella sonrisa. Nada que no hubiera visto antes.
Si hay algo que odio más que los chicos engreídos y de gran ego como él es a las chicas ilusas que se enamoran perdidamente de ellos. Pensando que habrá un "Siempre juntos" o un "Felices para siempre." Bueno, bienvenidas a la realidad, eso no sucede.
-Hey, Meg. ¿Te encuentras bien?- Dijo Michelle sacudiendo mi hombro.
Michelle es mi mejor amiga desde hace ya bastante tiempo. En realidad creo que es la única que he tenido. Sí, las otras chicas me agradan, pero se que en un momento difícil ellas se alejarán y volverán hasta que el agua esté tranquila. Mich no, ella ha estado conmigo durante las tormentas y me ha ayudado a salir de ellas.
-Pareces distraída desde que ese chico, Joshua llegó.-
Así que es Joshua ¿Huh? No es un nombre impresionante, hay mejores en realidad.
-No lo sé Mich, sólo, he estado pensando que sería divertido hacerlo de nuevo...-
-¿Hacerlo de nuevo? Mira, no entiendo que provecho le puedes sacar a calentar un chico, hacer que te busque para que cuando sean realmente cercanos te alejes de la nada...- Dijo mientras señalaba el asiento junto al suyo indicandome que me sentara.
-Lo sé, lo sé. Pero me gusta la sensación de "Poder"- Dije marcando las comillas con los dedos.- Que logras tener sobre ellos. Me gusta gustarles, que necesiten estar cerca de mí. Y sé que es arrogante y horrible, pero es lo que siento. Además, ellos lo merecen.-
-Te entiendo, lo haz dicho antes pero, me preocuopa que todo esto sea por Aaron. Tienes que avanzar y superarlo...-
Estaba apunto de abrir la boca cuando el sonido de el profesor aclarandose la garganta la interrumpió.
-Señoritas, no me gustaría comenzar otro semestre lidiando con ustedes.- Exclamó mirándonos.- Señorita Ross, por favor cámbiese al frente.- Dijo señalando en asiento que se encontraba frente a él.
-Hablaremos más tarde sobre esto.- Advirtió Michelle mientras yo metía mis cosas de nuevo a la mochila para dirigirme hacia donde se me había indicado.
Aaron.
Durante mi primer año aquí el fue mi novio, era el chico que todas deseaban.
Era atento, detallista y bastante tierno, bueno, al menos al principio.
Durante los primeros meses saliamos juntos a citas, viajes, en realidad nada ostentoso, pero a mí me encantaba.
Incluso, conocí a su familia y él a la mía. Era tierno, me tomaba de la mano y tenía la extraña necesidad de mostrarle a sus amigos que estaba conmigo. Jamás me molestó que lo hiciera, hasta que descubrí la razón.
A los dos o tres meses de estar juntos el comenzaba a perder todo el encanto que le caracterizaba al inicio. Parecía fastidiado siempre. Hasta que consiguió lo que quería... Una cogida rápida conmigo para ganar una apuesta con sus amigos. Vaya sorpresa.
Antes de que me lo confesara preguntas como "¿Qué hice mal?" "¿Habrá alguien más?" "¿No soy suficiente para él?" estaban latentes en mi cabeza. Poco después decidí enfrentarlo y preguntar que había sucedido entre nosotros.
Recuerdo aquel día, mamá pensó que enfermaría, no comía, sólo me dedicaba a llorar y cuando no lo hacía estaba ardiendo en furia destruyendo cosas tratando se sentir lo que él cuando por medio de esa estúpida apuesta destruyó toda la fe que podía haber tenido en el amor y las relaciones por las que muchos esperan toda su vida. Podrá sonar exagerado, hasta a mí me lo parece. Pero fue mi primer amor, la primer persona en quien confié tanto como para darle todo lo que le otorgué.
Ahora simplemente tengo miedo de que suceda de nuevo.
Me veo reflejada en aquellas chicas con enormes sonrisas tomadas de la mano con alguien. Cuando las veo sólo puedo pensar Que idiotas. Pero no las culpo, simplemente creo que deben aprender que no todo es lo que parece y que el amor jamás será lo que esperas.
La chicharra me llevó de vuelta a la clase en la que estaba, durante la cual cabe recalcar que no escuché nada.
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Me encontraba en la cafetería estudiando para el exámen diagnóstico que tendría dos horas más tarde. Aunque, a decir verdad no tenía idea de que vendría. A la mierda, no estudiaré.
Resoplé y guardé el cuaderno que tenía afuera en la mochila.
Seguí tomando mi té mientras revisaba mi celular esperando a que el tiempo pasara. Michelle se fue temprano por Dios sabe qué razón y no me apetecía estar con, Bea o cualquiera de las demás. Adicionando el hecho de que había estado vagando en recuerdos con Aaron desde que Mich lo mencionó. Maldita.
Afuera diluvia. Fantástico, exactamente el día que no traía abrigo. Estúpido clima.
Tenía los audifonos puestos, por lo cual no me percaté de la presencia de aquel chico, ¿Joshua?, hasta que se tomó la silla frente a mí y se sentó en ella.
Dijo algo pero no lo escuché debido al volúmen de la música, aunque lo más obvio es que haya sido un "Hola".
-¿Se te ofrece algo?.- Dije encarnando una ceja, mientras me retiraba los audífonos.
-Vengo a acompañarte a tu próxima clase-. ¿Quién demonios se cree?
-¿Ah sí?- Pregunté. -Y dime, ¿Quién te encomendó esa ardua tarea?.-
-Pues verás, Megan, tienes la fortuna de compartir más de una clase conmigo.- Dijo acercando aún más su silla a la mesa, mientras esbozaba una sonrisa que provocaba que sus hoyuelos se marcaran.
Bien, ¿Quería jugar? Juguemos.
-¿Y quién fue el que te informó de mi horario?- Dije apoyando mis codos en la mesa provocando que mis pechos saltaran a la vista. Sus ojos fueron directo en esa dirección por unos segundos.
Perfecto.
-Oh nena, yo podría saber todo lo que quiera de tí en segundos-.
-Fantástico, así puedes saber que no necesito que ningún imbecil como tú me acompañe a clase.- Exclamé, le sonreí por un segundo y tomé mis cosas saliendo de la cafetería.
Mierda, la lluvia. No podré hacer la salida que tenía planeada. De igual forma no volvería a entrar ahí. Dí unos dos pasos hasta que paré en seco por la presencia de una chaqueta sobre mis hombros y una mano tocando mi cintura.
-Sé que esa blusa se te vería mil veces mejor mojada, y demonios, pagaría por verte toda empapada, pero no puedo permitir que una chica como tú enferme...-
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¡Hola!
Lo siento si hay errores, no pude revisarlo a fondo...
Espero que les guste, y no olviden votar. ♡
¡Gracias!
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What about love? ||PAUSADA||
Novela JuvenilMegan Ross definitivamente no era aquella chica inocente y tímida de la que se suele escribir. Ella es: Confiada, respondona, sexy, popular, realmente superficial, oh, y ¿Ya mencione que es terriblemente sexy?. Pero eso no era todo en ella, yo sabí...