Siendo sincera

He deseado estar muerta

Confieso que he deseado estar muerta. No hace mucho, fue algo insuperable.
Me sentía rota, tanto por fuera como por dentro. No tenía consuelo, era algo insuperable.
Nadie lo supo, hasta ahora. El motivo tiene nombre y apellidos, los cuales no voy a nombrar. Daría igual que lo hiciese, ese alguien nunca leerá esto. Yo estoy muerta para él, él mismo me lo dejó claro.
Él fue mi todo, él me hizo ser quien soy yo. Le doy las gracias pero también maldigo el día en el que lo conocí. Maldito móvil, ¿por qué una persona puede ser tan falsa por una red social?
Durante 3 o 4 meses me dio una cara, fue un gran amigo y una gran persona. Un día toda esa cara suya cambió, justo una semana antes de volverse a su ciudad. ¿La distancia cambia a las personas? ¿Era así desde el principio y no me daba cuenta?
Me quería, decía. A la semana me odiaba.
Me apoyó un verano entero, empezamos a salir y le bastó una semana para agotar todo su amor.
Me cambió, empecé a ser insegura. Lo peor llegó cuando gaste una broma, una broma muy sencilla. Él se la tomo al pie de la letra, pero ahora dudo que me dejara de hablar por eso. Eso solo fue una excusa para matarme, para que no volviera a saber de él.
Buah, era la muerte en persona. Él me vino a buscar y en cuanto encontró el momento me mato.
Fue mi muerte, pero como quería al chaval...
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