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-Venga Je Rim. Despierta ya. -Dijo mi hermana Hye Mun saltando sobre mi cama y balanceándome de un lado a otro.

-Ag, que pesada eres. Déjame dormir.

-Me temo que no. He empezado mi vida de mujer madura y fui a la casa de los Sung, comemos con ellos dentro de 4 horas. Hay que preparar cosas.

-Ammmm... si.... dentro de.... mucho...- Dije aun medio dormida. - ESPERA ¿qué?

-Pues eso, una mujer madura no repite las cosas. Vístete... o haz algo con tu cara de pasa.

Cuando mi hermana salió de mi cuarto, empecé a asimilar que me acaba de decir.

- ¿Algo de quedar para cantar canciones? Si, algo sobre quedar. Y algo de comer. Pero, ¿para qué me voy a arreglar para comer con ella?

En vez de seguir pensando en eso, hice lo que me dijo y me arreglé como pude. A decir verdad, no me acuerdo de lo que hice ayer. Las cosas de mi cuarto ya estaban ordenadas y cada una en su sitio. Mi ropa metida en el armario, bien doblada... No recordaba haber hecho eso. Pero si alguien se ha tomado las molestias, le tengo mucho que agradecer. Camisa blanca, pantalones vaqueros y convers fue la ropa que elegí para cantar en la comida con mi hermana.

Mientras bajaba las escaleras, oía a Hye Mun hablando con alguien por teléfono. ¿Será mama? Por fin. Tenía ganas de hablar con ella.

-Ah, Je Rim, ten. La señora Kim Dong Neul al aparato. Aguarde un momento que en seguida la paso. - Me dijo ofreciéndome el teléfono.

-Hola mama, ¿Qué tal estás? ¿Qué tal por allí? - Tenía tantas cosas que preguntar, que no sabía cuales debía formular primero.

-Primero que todo, ¿que la pasa a tu hermana? Parecía que estaba hablando con mi jefe en vez de con mi hija. -No era la única que quería que la original y autentica Hye Mun volviese.

-Sí, ahora va de adulta. Hasta me ha dejado el dormitorio grande. Creo que debe ser por el viaje. Fue largo. -Mi madre se rio. Tenía la misma risa que yo, esa que intentas aguantarla, pero no te sale.

- ¿Y ya os habéis instalado y todo? Llamé al alcalde para que supiera que ya estabais ahí, quizás se acercan algunos vecinos.

-Ya hemos limpiado y ordenado. Casi ni me acuerdo. Pero ya fui yo a conocer a los vecinos de enfrente, son majos. -Dije muy entusiasmada.

-Cuanto me alegro.... Un momento cielo. -Al parecer alguien estaba interrumpiendo este genial reencuentro amenazando con devolver a mi madre al trabajo. - Más tarde os llamaré, que tengo cosas que hacer. Disfrutad, adiós.

Me quedé varios segundos escuchando el pitido del teléfono cuando alguien cuelga. Pase las siguientes horas anteriores a la comida haciendo zaping. Al parecer esta antena pillaba tres canales. Uno coreano, uno japonés y otro de EE.UU. Poder saber que noticias pasaban en otros lugares del mundo me podría entretener unas horas.

Antes de mudarme había estado aprendiendo japonés e inglés en una academia. Básicamente me dedique a los idiomas en los últimos 3 años. Tenía un cuaderno donde iba escribiendo palabras o frases que me podrían servir en otros lugares, así como frases de supervivencia.

- ¿Je Rim estas lista? Que ya es la hora de comer. -Dijo Hye Mun señalando el reloj.

-Ostras, es verdad, y aun no he hecho la comida. Dame unos cuantos minutos. -Me levante apresurada mente del sofá mientras tiraba los cojines que se poniendo en medio.

- ¿Es que no me escuchaste? Hable con los vecinos Sung y vamos a comer a su casa. Para festejar que nos hemos mudado.

- ¿Fue eso que me dijiste antes no? Estaba muy dormida. Pero venga, si vamos. Porque no.

Paseo De CerezosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora