Superficially Famous [KaiHan]

Capítulo 6

─ ¡Lo sabía! Sabía que me estabas siguiendo─ suspiré, frotándome los ojos con furia. Me giré para mirar a la persona que había hablado. Kai caminó hasta quedar a nuestra altura.
─ Kris─ dijo sin mirarlo a modo de saludo.
─ Kai─ respondió fríamente mi ex novio.
─ Lu... Han, ¿verdad?─ asentí. Sonrió victorioso ─¿Qué haces aquí? ¿Viniste a buscarme?
─ Claro que no─ moví el bolso que colgaba de mi hombro ─También trabajo aquí─ le expliqué ─No te estoy siguiendo, Jongin.
─ Y yo que creía que sí─ fingió estar afligido ─¿Fotógrafo?─ preguntó al ver la cámara profesional que colgaba de mi cuello.
─ Sí...─ me moví en mi lugar para no darle la espalda a Kris. Ahora tenía a cada uno a un lado mío.
─ Entonces nos veremos seguido a partir de ahora... Me indicaron que estaré merodeando mucho por este sector... Quieren dejar pasar un tiempo antes de que vuelva a sacar un álbum y tendré muchas sesiones de fotos─ lo miré a él, luego a Kris que lo miraba mal, para enseguida volver a Kai.
─ Genial─ dije sin ganas. Podía sentir, muy en el fondo, que eso sí era genial de verdad. Esperaba que al conocerlo mejor, la imagen cambiara un poco y volviera a ser mi inspiración y alegría.
─ No puedo esperar a que tengas que fotografiarme a mí─ guiñó un ojo con una sonrisa de costado en sus labios.
─ Sí, bueno, tengo que ir a prepararme para una sesión─ comenté, queriendo alejarme de ellos. A pesar de todo seguía queriendo a Kai, no podía quitarme de la nada el fanatismo ni el amor que le había profesado durante tantos años. Estar cerca suyo me ponía algo nervioso, aunque menos de lo que hubiera creído. Por eso me animaba a querer conocerlo más. Pero la tensión entre ellos dos me estaba dando dolor de cabeza. Cuando comencé a alejarme, volvió a hablar.
─ Por cierto─ me di vuelta y lo miré ─Ayer te olvidaste tu chaqueta en mi casa, luego te la daré─ sonrió socarronamente. Kris lo fulminó con la mirada.
─ Sí... gracias─ me alejé a paso rápido y entré en la sala donde la sesión de fotos iba a tener lugar.

No fue hasta que estaba todo armado y yo sentado y esperando a los modelos, que me di cuenta.
Mi chaqueta estaba en mi casa. No me había olvidado nada en lo de Kai. ¿Por qué mintió?

***

Mi primera sesión de fotos salió perfecta, laboralmente hablando. No había habido errores ni de mi parte ni de la de los modelos.
Aunque justamente ese había sido el problema. Los modelos. Kris y una hermosa y esbelta chica. Ambos ligeros de ropa, teniendo que abrazarse y mirarse, incluso juntar frentes y casi besarse en algunas. Era algo muy incómodo tener que fotografiar a Kris en esas situaciones después de lo que había pasado. Y sus penetrantes miradas me estaban sacando de quicio.

─ Te quiero─ susurró Kris, apoyando su frente sobre la mía, sonriendo. Se inclinó para depositar un breve beso en mis labios, como si supiera que no podía responderle ─Salieron bien las fotos... Si sigues así pronto tendrás una sesión en serio y las publicarán.

Dejé de mirar ese rincón de la habitación mientras ordenaba y guardaba todo lo que había utilizado. Ese rincón donde Kris me había dicho que me quería. Un nudo en mi estómago se formó ante el recuerdo. Puede ser que le haya tomado algo de cariño. Se escuchó el ruido de la puerta abrirse y unos pasos.
─ LuHan...
─ No, Kris─ le corté sin mirarlo, reconociendo su voz ─No quiero hablar.
─ Por favor...─ lo miré inexpresivo mientras se acercaba más a mí ─Necesito explicarte.
─ ¿Explicarme qué, por Dios? Ya entendí todo: hiciste una apuesta con tus compañeros. Supongo que el ser el sobrino del jefe tiene sus contras...─ me crucé de brazos, como si haciendo eso pudiera protegerme de la persona enfrente mío ─Aunque pienso que podrías haberte ahorrado mucho si no te hubieras encargado de hacerme creer que me querías.
─ ¿Hacert...?─ frunció el ceño.
─ Te dije que no quiero hablar─ le interrumpí ─No me importa por qué lo hiciste─ se acercó bruscamente y me tomó con fuerza de los brazos.
─ ¿No piensas dejarme hablar?─ cuestionó con la mirada entornada. Estaba molesto.
─ Kris, suéltame─ me removí para que aflojara la fuerza.
─ No. No me dejas hablar y encima esta mañana me refregaste en la cara que apenas te fuiste de mi auto, corriste a Kai para encamarte con él. ¿Qué eres? ¿A mí me pateaste siete meses y a ese lo aceptas enseguida?─ apretó más fuerte mis brazos y acercó su rostro al mío con furia ─Sabía que tu fanatismo por él era enfermizo, pero de ahí a entregarte a él como si no valieras nada...─ sentí una sensación de furia hacer ebullición en mi cuerpo, y en un arranque de fuerza lo empujé, finalmente sacándomelo de encima.
─ El que me trató como si no valiera nada fuiste tú, YiFan. No él─ me sorprendí de lo fría y dura que salió mi voz.
─ Deja el drama, Wu─ dijo una voz que, claramente, reconocí al instante. Miré sobre el hombro de Kris hacia la puerta, viendo a Kai entrando al lugar. YiFan se giró para mirar a Jongin.
─ Estamos hablando, si harías el favor de irte...
─ Lo siento, Kris, pero me mandaron a buscar a LuHan. ¿Podrías irte y dejar de hacer este teatrito?─ aproveché que Kai seguía lejos nuestro y Kris bastante cerca de mí para hablar.
─ No me acosté con él─ susurré ─Y de todos modos lo hice contigo por compromiso... Supongo que notaste eso al tratarme como un muñeco─ me lamí los labios que estaban resecos ─Ahora, por favor, vete─ me miró unos segundos antes de bufar y caminar a un sector con sillas para agarrar su mochila.
─ Hola, LuHannie─ dijo Kai cantarinamente. De pronto lo tenía abrazándome por la espalda ─¿Cómo fue tu día?─ y besó mi mejilla. Me tensé en mi lugar, sabiendo que Kris seguía ahí. Kai caminó y se puso enfrente mío ─¿Te gusta cómo me queda esta ropa? ¿A que estoy buenísimo vestido así?─ preguntó sonriendo. Sin darme cuenta, ya estaba escaneando el cuerpo de Kai: Sinceramente podría tener una funda de almohada puesta de enterito y se seguiría viendo bien, e incluso sexy. La puerta al cerrarse de un portazo se oyó, y Kai cambió su actitud. Se sentó en el suelo con las piernas dobladas y sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo ─Siéntate─ casi ordenó. Obedecí, confundido, y vi cómo me ofrecía uno. Suspiré mientras acomodaba la muñequera para tapar bien el tatuaje. Ese día había sido totalmente estresante, lo necesitaba. Tomé uno y lo llevé a mis labios, viendo a Kai alzar sus cejas en señal de sorpresa ─¿Fumas? Te ofrecí uno, pero estaba seguro de que no lo hacías─ comentó.
─ Sólo si estoy estresado o nervioso─ expliqué después de sostener el cigarrillo en mi mano. Sonrió con suficiencia.
─ ¿Es por mí? ¿Por el beso en la mejilla?─ suspiré.
─ Ya quisieras. Pero no... ¿Fuego?─ quise agarrarlo cuando estiró su brazo pero me esquivó y me ofreció el fuego desde su mano. Con el cigarrillo entre mis labios, me incliné y lo encendí, aspirando enseguida. Imitó mi acción y apoyó la cajita, ya vacía, abierta para usarla de cenicero. Dejó el mechero a un costado de esta.
─ ¿Qué le pasaba a Kris?─ quiso saber ─¿Por qué creía que tuvimos sexo, y si hubiera sido así, cuál sería el problema para él?
─ No creo que eso sea algo que te interese─ dije simplemente. Con un pie, me empujó suavemente de la rodilla, dándole una calada a su cigarrillo. Hice lo mismo, frunciendo el ceño cuando los pequeños empujoncitos no cesaban.
─ Vamos, cuéntame─ pidió.
─ Es mi ex. Corté con él el mismo día que te conocí en persona─ expliqué, ansioso porque dejara de molestarme con su pie. Me removí levemente para alejarme de los empujoncitos.
─ ¿Entonces lo que escuché hablar a los modelos es cierto?─ preguntó mirando a su alrededor con interés. Casi como si quisiera darme mi espacio con el tema.
─ ¿Qué...? ¿Qué escuchaste?─ mantuve mi mirada fija en el piso.
─ Que estaba contigo por una apuesta─ de reojo, lo vi encogerse de hombros. Suspiré. Ya nada importaba.
─ Sí, es cierto─ concentré mis ojos en mis manos, mirando el hilito de humo del cigarrillo ascender. Me sentía tan patético que no podía mirarlo a los ojos.
─ Y sin embargo parece que te sigue buscando─ ambos dimos una calada a la vez. En otra situación me hubiera reído de eso.
─ Sí, pero yo no quiero escuchar lo que sea que quiera decir─ apagué el cigarrillo, un poco antes de terminarlo, en la cajita y me estiré hacia atrás, haciendo sonar mi espalda.
─ Lo entiendo, yo estaría igual...─ dudó unos segundos ─No, creo que peor─ dio una última calada y lo apagó, para después cerrar la cajita con los residuos de los cigarrillos dentro ─Nunca me cayó bien, tenemos una especie de enemistad desde que él llegó...─ lo miré curioso.
─ ¿Por qué?─ se encogió de hombros.
─ No lo sé... Celos, probablemente. Soy más guapo, más talentoso, y me pagan mejor que a él─ sonrió con arrogancia y yo rodeé los ojos.
─ ¿Tan creído?─ pregunté, comenzando a molestarme. Cuando no estaba en plan "Soy el mejor" era agradable estar con él, pero cuando empezaba con esos comentarios, era irritante.
─ ¿Me queda otra opción?─ cuestionó con una ceja alzada.
─ ¿Supongo...?─ pero si no conocía su historia completa, no había forma de que pudiera ofrecerle otra opción. Antes de que pudiera agregar algo más, él volvió a hablar.
─ ¿Sí? Cuéntame, porque no la conozco─ lo miré fijamente. No terminaba de entender a qué se refería. Por lo que acababa de decir parecía que al menos su parte engreída era por inercia... Como si fuera algo que se formó solo, con el tiempo, y no algo que fuera realmente parte de él.
─ Déjalo así, no importa─ me puse de pie, tomando mi bolso ya armado. Cuando volví a mirarlo, ya estaba de pie, listo para irse también.
─ Entonces... ¿Eso buscas en un chico? ¿Que sea un idiota?─ quiso saber, dando un paso para estar más cerca mío.
─ Puede ser... Si me pasé tantos años detrás tuyo, siendo tu fan, debe ser eso─ desvié la mirada, avergonzado por finalmente aceptar que era fanático suyo. Aunque ya lo había escuchado antes de los labios de Kris.
─ ¿Me estás diciendo idiota?─ me agradaba que, desde que llegó, había omitido en todo momento lo referente a mí como su fanático. Me trataba como a uno más, al igual que yo a él.
─ Sí─ y tenía esa sensación de que podía ser sincero con él, algo que sólo me pasaba con Yixing.
─ ¿Eso fue una confesión?─ sonrió, cruzándose de brazos.
─ Tómalo como quieras─ de todos modos, ya no me importaba cómo quedaba yo a sus ojos. Éramos simplemente dos chicos normales conversando. No una celebridad y su fanático.