Don't Look Back

"Deberías Superarme."

Abro los ojos bruscamente, el intenso ardor del sol sobre mi cara no me permite dejar mis parpados cerrados ni un segundo más. Parpadeo incesantemente tratando de quitar esa nube borrosa que cubre por completo mi vista, pero es un intento inútil. Froto la parte anterior de mi mano frente a mis ojos e intento levantarme lentamente, fracasando completamente al sentir náuseas y un mareo horrible.

-Rayos. - digo en un susurro. No tengo la capacidad para pensar y ubicarme ahora mismo. Miro hacia el lado y veo que estoy o estaba dormida en un sillón, ya no estoy en el bar.

-Sabes, por un momento creí que jamás te levantarías de ahí. – la voz de Sophia retumba tan fuerte dentro de mi cabeza que tengo que cubrirme ambas orejas antes de que comiencen a sangrar.

¿Qué hora es? – digo un poco irritada. No tolero este estado de malestar.

Son las tres y media de la tarde linda. – prácticamente se tira en donde mi cabeza estaba puesta. – Me comuniqué con Liam...dije que estarías aquí un rato.

Todo dentro de mi hizo clic y volví a la cruda realidad de repente. Odio volver a acordarme de que Liam sigue molesto conmigo, y que no le importa nada que lleve toda la noche y la mitad de este día fuera de casa. Odio tener este sentimiento de culpa dentro de mí; es horrible saber que la única persona con la que cuentas y quieres está molesto contigo por una cosa tan sencilla.

- "¿No dijo nada?" – la miro desesperada, y no puedo evitar soltar un suspiro de desaliento.

- "Dijo que estaba bien, que no te preocuparas por nada." – dice bajo, mirándome directamente a los ojos. – "¿Pasa algo entre ustedes Ana?"

Debería contarle a Sophia, no creo que sea justo que le ande ocultando tanto mi relación con Liam, pero no creo que sea el tiempo todavía. Simplemente le sonrío de medio lado y niego con la cabeza suavemente. –"Solo preguntaba." –

- "Sabes que puedes contarme lo que sea ¿verdad?" – dice la morena mientras coloca una mano esperanzadora sobre mi hombro. – "Estoy aquí para ti."

- "Lo sé." – le sonrío cortamente y bajo mi mirada. –"Lo que necesito de ti ahora es que por favor me traigas unos calmantes para este horrible malestar." – digo en un tono quejón y ella se hecha a reír.

- "Como ordenes." – se levanta y se va en busca de mis tan anhelados calmantes mientras yo me recuesto hacia atrás y trato de dormir un poco más.

+++

Antes de poder detenerme estoy dentro del elevador, presionando el botón que me lleva hasta el piso donde Liam trabaja. Sé que debería irme a casa y ducharme, pero no puedo, tengo que verlo. Soy una persona un poco testaruda y si quiero algo no puedo descansar hasta hacerlo o tenerlo. Ahora mismo quiero que Liam me explique porque sigue así conmigo, no es justo, eso fue un error y ya. No debería de estar actuando de la manera en que lo hace.

- "Buenos días señorita Ana." – una suave voz me saca de mis confusos pensamientos.

- "Hola Jess." – digo mirando a la tan familiar chica que atiende a cada persona que entra a este edificio sin parar y sin quejarse. –"¿Cómo te encuentras?"

- "Muy bien, ¿se le ofrece algo señorita?" – dice cortésmente mientras me regala una sonrisa que no llega a sus ojos. El mismo gesto desgastado que ha hecho ya unas 50 veces al día.

- "Solo busco a Liam." – apoyo mis antebrazos sobre el mostrador y me inclino un poco hacia adelante. – "¿De casualidad está libre?" – ella asiente y fija su mirada al ordenador, teclea varias veces y luego vuelve a mirarme de una manera que no sé cómo interpretar.