Si alguien estaba impresionado por el giró completo de Iri, definitivamente era yo. Un minuto ella no me soportaba, y al siguiente se pegaba a mí a donde sea.
Ella dijo que sí a mi petición de visitar a los hyungs por primera vez en semanas, y el resto de la noche me miró sólo a mí. No estaba alucinando. Sabía que no estaba enamorada de mí, ella sólo había encontrado otro humado del cual depender mientras Jimin no estaba. Pero no pude evitar sentirme eufórico cuando ella metió su cabeza en mi cuello y se abrazó a mi brazo después de tanto bailar.
-Basta Iri, estoy sudando- traté de alejarla, pero ella se limitó a sacudir la cabeza. Sabía que podía hacerlo si lo intentaba, pero no tenía el corazón para hacerlo. Así que me quedé allí. Los hyungs nos miraban como si fuéramos un par de locos.
Cuando Iri fue al baño, Hoseok y Taehyung me jalaron de mi asiento para interrogarme.- Muy bien, ¿qué fue lo que pasó? ¿Los dejamos solos por un día, y ahora ella no puede quitarte las manos de encima?-
Solté un suspiro,- ¡No lo digas así! No pasó nada- Iri me hizo prometer no decirles lo de las cortadas. Así que no lo hice, pero eventualmente llegará el momento en el que tendrá que dejar de evitarlo.- Ella sólo se siente sola. Se aferraría a cualquier persona si lo intentaran- trato de no sonar condescendiente, porque no quiero que se aferre a otras personas. No me gusta en lo que mis sentimientos se están convirtiendo. No voy a encariñarme.
Hoseok y Taehyung lo dejaron así, porque Iri había regresado. Ella sonrió abiertamente hacia mí y fue directo a abrazarme. Todavía no estaba acostumbrado a esta afección. Para alguien que no soporta que otras personas la toquen, ella es una de las personas más cariñosas que he conocido nunca.
Al doblar mis brazos alrededor de sus hombros no muy convencido, escuché su suspiro de alegría. Me mordí los labios en señal de duda, no creo que me acostumbre nunca a esto.
3 meses después
-¡Jungkook-ah!- Iri me saludó agitando su mano mientras caminaba con los hyungs. Sonreí y me acerqué a ella.
Ella estaba mirando en la ventana de un aparador. Eran unos perritos ladrando tiernamente para nosotros. Me reí mientras la abrazaba por detrás y entrelazaba nuestros dedos.
-¿Te gustan los animales?- pregunté, apoyando mi barbilla en su cuello. Mi respiración le hizo cosquillas en su cuello y rió.
-Sí, pero soy alérgica- Iri hizo un pequeño puchero mientras pasaba su dedo por el cristal- Jimin una vez me compró un gatito, pero tuvimos que regresarlo porque no podía dejar de estornudar- mi sonrisa desapareció ligeramente, intenté soltarla, pero ella me mantuvo ahí.
Suspiré una vez más y volví a colocar mi barbilla en su hombro. Sabía que ella lo echaba de menos, y estaba cada vez más feliz ahora que el regreso de Jimin se acercaba. No nos dijo la fecha precisa, pero por lo que sabemos, Jimin podría regresar a nuestras vidas en cualquier momento.
Rompí mi promesa de no encariñarme, y ahora ya casi es tiempo de, literalmente, regresársela. Sé que ella estará más que feliz, pero ahora sólo quiero recordar este momento.
-Ew, basta tortolitos, me están dando ganas de vomitar- Yoongi me hizo una mueca mientras limpiaba su cara con pañuelos.
Es irónico como hace menos de medio año yo era quién criticaba a Jimin por hacer esto. Pero al ver la sonrisa de Iri hacía que nada me importara.
Sin embargo, quería maldecir a mi hyung por su interferencia. A ella no le gusto, no de esa forma. Traté de reprimir mi decepción, no parece que ella haya escuchado algo. Probablemente estaba demasiado enfocada en su postre.
Ella me dio de comer con su cuchara, le di una media sonrisa y comí. Esto es lo más cerca que pueda estar de ella. Y por ahora con esto basta.
Jeon Jungkook, estás perdidamente enamorado de Yang Iri.
Me despedí de mis hyungs mientras tomaba la mano de Iri. Ella se ha vuelto más social y está más dispuesta a iniciar conversaciones con ellos y estoy orgulloso de ella. No era la primera vez, me preguntaba si Jimin de cierta manera la retenía.
-¿Por qué hoy estás tan animada?- me reí, viéndola saltar como un niño de dos años.
Ella caminó unos pasos lejos de mí, pero se inclinó para tomar mi mano. Se encogió de hombros- Estoy feliz de que estés conmigo- traté de no analizar su contexto, no servía de nada subir mis esperanzas sabiendo que el regreso de Jimin estaba cerca.
La acompañé a su departamento, su mano todavía en la mía- ¿Quieres entrar?- dijo emocionada, ella sabía que nunca me negaba a nada así que me preguntaba porque se molestaba en preguntar.
-¿Iri?- esa voz detuvo nuestros movimientos. Era familiar, una voz que no habíamos oído en mucho tiempo.
-¿Jiminie?- se atragantó con sus palabras, mirando delante de mí para ver a Jimin. En un instante, soltó mi mano y fue al encuentro con su mejor amigo.
Literalmente podía escuchar mi corazón rompiéndose mientras saltaba y envolvía sus brazos alrededor de él. Reían y lloraban, Jimin acariciaba su espalda como solía hacerlo. Finalmente habían vuelto el uno al otro. Lo veía ahora, no había lugar para mí.
No dije nada cuando me dirigí al ascensor, sin molestarme en despedirme. Dudo que se den cuenta que me fui.
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