No sabíamos nada de ti, Erik.
No sabíamos de las batallas
por las que pasabas.
No sabíamos lo que soñabas.
No lo sabíamos porque nunca confiaste en nosotros
como para contarnoslo.
¿Por qué te hiciste esto? Erik.
Nunca te permitiste confiar en nadie.
Peleando siempre contra esos enemigos imaginarios.