Primero de Mayo

115 3 0
                                    

Creo que siempre va a ser muy difícil dar explicaciones, sencillamente porque muchas de ellas se fundamente en cosas que sentimos...que por fuera son más que estúpidas, pero que en el interior nos van consumiendo lentamente...consumiendo lentamente como el amor que te tuve durante estos años.

Mentiría si te digo que me arrepiento de haber puesto un punto final...te mentiría cruelmente, puesto que yo creo desde el fondo de mi corazón (y aunque me duela admitirlo) que realmente era el momento de detener todo. Era doloroso.  Era un enorme esfuerzo el que hacía por no llorar ante la situación, intentaba calmarme diciendo que tal vez en un tiempo me sentiría mejor, que tal vez en algunas semanas (y si ponía mucho más de mi parte) podría sobrellevarlo por más tiempo.

Pero la triste realidad es que no.

No fue así, y terminé rompiéndome nuevamente.

He sentido el vacío en mi corazón, el hueco en mi estómago y mis ojos han estado trémulos cada vez que tocó la fibra de tu recuerdo; porque me guste o no, aún te quiero, te extraño y me haces mucha falta...aunque sea sólo para quedarnos en silencio, para no decir nada y simplemente mostrarnos imágenes bobas que encontramos por ahí...o para dedicarnos cosas hechas con nuestras propias manos.

Todo se me fue tan rápido. 

Ayer apenas estaba dubitativa sobre confesarte lo mucho que me gustabas, hoy en la mañana te decía con la más inocente sinceridad que las palabras no bastaban para decirte cuánto te ama...y ahora...ahora estoy aquí, escribiendo algo que seguramente no leerás porque no quieres saber de mí más. Porque mis decisiones te han afectado en más de una ocasión, y no para bien; porque es más amargo el intentar olvidar todo cuando tienes el constante recuerdo de lo que fue, de lo que pudo haber sido pero por diversas razones no se pudo más.

¿Te cuento un secreto? Nunca es fácil decir adiós cuando aún llevas a la otra persona en la piel, cuando su voz resuena cada mañana en tu cabeza, o cuando ves su rostro en todas partes...

Me dijeron que en lugar de pensar en lo que pudo haber sido o en lo que fue, pensara en las cosas que aprendí contigo. Pensé sobre ello y no me tomó mucho tiempo para empezar a escribirlas en una servilleta, que minutos después estaba empapada en lágrimas de nostalgia, porque es tan reciente el recuerdo de nosotras que  todo parece multiplicarse en cuanto a sentimientos.

Pasaron cosas que me encantaría contarte; el tipo de cosas que siempre, siempre, eras la primer persona en saber y que ahora ya no te puedo mencionar porque hay una enorme y dolorosa brecha que nos separa...con el tiempo aprendes que la distancia es más que un simple número de kilómetros, aunque no precisamente para mal, pero tampoco para bien.


Dos semanas sin ti en las que mi vida ha comenzado a cambiar significativamente, o quizá la que cambió fui yo, porque de un tiempo para acá no me siento como la tímida chica que te dijo "estoy hablando de ti en ese poema", no me siento como la misma persona con la que estuviste desvelándote noche tras noche, y para la que siempre estuviste ahí incondicionalmente...ni siquiera me siento la misma chica que te falló mil veces, que no supo corresponder al apoyo que le brindaste fuera el momento que fuera. No te voy a decir que fuiste perfecta, pero está bien ¿no? Porque yo tampoco lo fui, estuvimos muy lejos de serlo en realidad, pero dentro de nuestro pequeño mundo, dentro de los buenos momentos...podíamos ver el rostro de Dios.  Tengo el lene sentimiento de que por fin comienzo a salir, a vivir las cosas que tantas veces te reproché que tú ya habías hecho y yo no; siento que por lo menos hay una esperanza para que pueda comenzar a vivir más decente de lo que antes lo hacía...ya no me siento tan rota como antes, ya no me siento tan frágil. Por primera vez en meses sé realmente a dónde quiero ir y porqué, sé que no puedo esperar nada del futuro pero eso no me detiene, al menos ya no. Tengo miedo, estoy nerviosa, pero me agrada la sensación.

Sí, estoy bien, pero aún no puedo dejar de sentirme desgastada emocionalmente;  no fue culpa de nadie, simplemente, por ti sentí emociones tan fuertes que creí que desde ese chico ya nunca volvería a sentir. Aunque tú, mi amor, las intensificaste.  

Ocurren infinidad de acontecimientos en tan poco tiempo, me siento cansada de las emociones fuertes, del dolor, de la tristeza, de la amargura y del llanto que mi cerebro tuvo que tomar un descanso, y mi cuerpo me pide a gritos que duerma como un oso...es gracioso que hasta en eso tuviste razón al apodarme tal como lo hiciste.

Tal vez...si en otro momento nos hubiéramos topado las cosas ahora mismo serían diferentes, tal vez hubiera funcionado...o tal vez no. Uno nunca sabe. 

No te voy a llamar una ex, porque no me gusta, no me acostumbro a la idea de rebajarte a una simple ex, tan sólo...eres una persona muy importante para mí que no estaba destinada a estar en estos momentos en mi vida.

Mil veces te vi en mi futuro, mil veces deseé que pasara, mil veces rogaba porque pudiéramos seguir contra las adversidades. Fuiste la más fuerte de las dos...como siempre, mi cielo; al final fui yo la que falló tras tantos intentos.  Pero no me arrepiento de nada, porque tuve la oportunidad de acercarme más que otros a ti (acercarme en nuestro propio contexto, y sabes de qué hablo)...porque conocí lo que era que tu pareja de verdad se importara por ti, alguien que de verdad quería intentarlo a pesar de que no sabía cómo, o le costaba trabajo hacerlo.

Sólo espero que me perdones por mis fallas, mis insultos, todas esas cosas que sabes que no son ciertas pero que aún así te hicieron sentir la cólera. 

Si pudiera volver en el tiempo lo haría, tan sólo para revivir los días en los que nos sumergíamos la una en la otra y no pegábamos un ojo hasta que salía el sol...para revivir los días en los que nada importaba más que llegar a sábado por la noche para ver tu rostro, ese rostro que siempre encendía el deseo de besarte aunque fuera en la mejilla.

Lamento ser una obsesiva.

Lamento haber sido tan depresiva.

Lamento haber fallado.

Lamento haberme retirado de la campaña.

Lamento haberme quedado dormida un día mientras hablábamos.

Lamento haber sido tan inmadura.

Lamento haber sido tan fácil de enojar.

Lamento haber dicho cosas hirientes.

Lamento haber despreciado tu capacidad para sentir dolor.

Lamento haberte hecho sentir mal con los dibujos.

Lamento haber insultado a tus amigas (tal vez esto no lo siento tanto).

Lamento haber sido tan posesiva.

Lamento el no haberte comprendido en infinidad de veces.

Lamento el no haber confiado en tus sentimientos hacia a mí.

Lamento no haber confiado en ti en más de una ocasión...

Lamento el acosarte de vez en cuando para saber cómo estás...

Lamento que estuvieras tan lejos de mí...

Lamento haber dudado de lo que sentía...

Pero te agradezco por todas las cosas buenas que me diste.

Te agradezco la sinceridad con la que me hablabas y me decías las cosas.

Te agradezco que muchas veces me trataras como una igual en lugar de como alguien que está peldaños más abajo.

Te agradezco la tolerancia.

Te agradezco que me amaras a tu manera.

Pero sobretodo, siempre te voy a agradecer por haber correspondido en la noche del primero de Mayo de aquel año.



Cartas de despechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora