Llegue a su casa, a la hora que me pidió, no puedo decir que no estaba nerviosa, pero más que eso emocionada.
Conversamos por horas, siempre era un placer escuchar su voz y más su risa. La manera en la que habla, como sus ojos brillan cuando habla de algo que ama, como su sonrisa aparece de vez en cuando, no se cuando llegue a estar enamorada de esta chica pero no, no me arrepentía.
-Quieres otro pedazo de pizza? - me pregunto con un sonrisa
-claro sasha, eso no se pregunta
-entonces.. shay, dime que es de tu vida, hace mucho no hablábamos
-si, lo siento por eso, he estado.. extraña, pero no es por algo que hayas hecho no, es solo que tengo tantas cosas en la cabeza - la verdad es que me había alejado de ella ya que mis sentimientos crecían cada vez más
-esta bien, espero que podamos ser de nuevo unidas
-eso no lo dudes
y ahí estaba, otra vez esa sonrisa.
Pasamos una hora más hablando, pues con ella las conversaciones eran fáciles de plantear.
cuando me di cuenta ya eran las 10pm, el tiempo vuela
-creo que debería irme..
-oh si, ya es tarde
-entonces.. te veo mañana en el trabajo?
-claro, gracias por hoy shay, ya sabes nuestra cita -me atragante con mi propia saliva al escuchar
-lo siento, dijiste cita?
-si.. yo.. eh
-esta bien, bueno.. hasta mañana
-hasta mañana
ESTO HABÍA SIDO UNA CITA y yo ni siquiera lo sabía, pero fue la mejor de todas.