Desesperanza ajena

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Ya ha pasado, esta ceremonia había terminado, todo el mundo estaba feliz, toda la gente presente tenía una gran sonrisa, bueno... Toda no, a los esclavos de los funcionarios y del gran jefe no se les veía especialmente felices. Observé como salían todos los de arriba, todos los funcionarios sonrientes como si hubiesen cumplido con su labor, obviamente esa era su labor pero...esa sonrisa, esa sonrisa me produce una gran inquietud, una sonrisa con cierto toque de maldad. En ese momento volví a recordar a Andrea, esa chica que escogió un "poder oscuro" y a la que encerraron con gran brutalidad delante de todos. ¿Como es que se me estaba olvidando? ¿Como se puede dejar de pensar en algo así?! En ese momento se produjo un gran dolor de cabeza sin sentido. Me ví en la obligación de ir y preguntar tanto a Julio como a Parra por esa chica. Bajé las escaleras de donde se encontraba mi butaca, me puse frente al escenario donde estaban todos los chicos y chicas apoderados, estaban bebiendo, saltando, chillando de felicidad. Chillé a mis amigos para que bajasen pero ninguno de ellos estaban en condiciones de hablar seriamente... Quería ayudar a esa pobre chica. ¿Que será de ella? Me la imaginaba encerrada, llorando en una celda, sangrando a causa de las heridas provocadas por los guardias. ¿Tan grave era lo que había hecho? Solo escogió el poder que quería.
Yo seguía sentado en mi butaca, ya no quedaban ni funcionarios ni padres, solo estábamos los amigos de los apoderados y los mismos apoderados. Todos estaban pasándolo bien mientras que yo estaba apartado. Pensando en esa chica. Me cansé de esa situación de alegría mientras fuera se encontraba una persona sufriendo sin motivos. Corrí al amplificador de sonido, cogí el micrófono y me dispuse a decir unas palabras con la esperanza de lograr concienciar a estas personas.
Con el amplificador mi voz se puede oír en todo el pabellón y juraría que fuera también se oiría.
-¿Hola? ¿Alguien podría escucharme un momento por favor? Dije con mucha inocencia.
Los chicos pensaron que yo iba a darles una especie de enhorabuena o algo por el estilo, ya que empezaron a chillar como locos.
-Supongo que estáis bien, yo quería preguntaros por la chica que se han llevado a mitad de ceremonia...
-¿¡Que chica?! Escuché al fondo
-Pues esa chica a la que han capturado por elegir un poder que permitía revivir cualquier recuerdo.
-Pues yo no he visto nada de eso, dijo uno
-Ni yo tampoco recuerdo nada, dijo otro
En ese momento empecé a preocuparme demasiado. ¿Como no podían recordarlo?! Justo ahí me di cuenta de que yo tampoco pude recordarlo al principio, pero si es cierto que enseguida recordé todo. Ellos al parecer no.
Ahí me quede callado, todos me miraban como a un loco y yo me bloquee, me bloquee tanto que no podía seguir. Me fui corriendo de ese lugar, corrí a mi casa, ese sitio al que llamo hogar en el que me siento seguro a pesar de los múltiples peligros que se encuentran allí... Entré en mi habitación, cerré la puerta, bajé las persianas, me aseguré de que no entrase ni el mas mínimo apéndice de luz. Necesitaba oscuridad absoluta, esa oscuridad que tanta paz me brindaba en momentos de agobio como este. Me coloqué en una esquina de mi cuarto, me tiré al suelo, subí las rodillas a la altura de mi torso, bajé mi cabeza a la altura de ese mismo torso, dejando la cabeza sostenida por mis rodillas. En ese momento empecé a pensar sobre lo sucedido.
Una chica ha sido encerrada brutalmente, delante de muchísima gente y ninguna de esas personas recuerda nada sobre ella, solo yo. PUF.
¿Lo habré imaginado? ¿O soñado? Me siento realmente mal. Necesito mi poder ya para saber que le está pasando al mundo. Pero... ¿Se considerará poder oscuro?
Demasiadas preguntas sin respuesta, demasiado sufrimiento ajeno sin ayuda. Y mientras tanto sonrisas de personas que tienen mucho que ocultar... Necesito que pase un año entero de golpe y tener ya mi poder para así terminar con todo. Hasta entonces no saldré de mi cuarto, no me apetece seguir viendo a la humanidad en este estado de ignorancia.

Un Poder, Un DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora