Eran las 9:00 pm y ya yo estaba en el avión a punto de despegar, leyendo un libro que había comprado recientemente.
Durante el vuelo me sentí extraña, era una sensación desagradable que siempre siento cuando estoy trabajando, si es que a esto se le puede llamar trabajo, pensándolo bien, claro que no.
Varias horas después ya estaba en Colombia, en una suite de lujo, al parecer mis jefes saben lo duro que es matar a una persona a pesar de lo malos que sean, tratan de hacerlo lo mas cómodo posible, solo es una teoría por supuesto, esas personas son muy frías y malvadas.
Los dos días siguientes fueron como cualquier otro día de trabajo para mi, que consistía en identificar, seguir y matar. El sábado en la tarde ya estaba de vuelta a los Ángeles con toda la mercancía recuperada.
Al bajar del avión el Sr. Onodera Masamune me esperaba con una maleta llena de efectivo.
- Otro buen trabajo, Jane.- me dice con una sonrisa de satisfacción.
-Otra buena recompensa, un placer hacer negocios con usted señor.- me da la maleta.
-El placer es todo mio, señor Jane.
-Adiós.
Llegue a mi departamento agotada por supuesto. Me quite el traje, me tire a la cama y en pocos minutos me quedaba dormida.
Al despertar me di un buen baño y como era domingo decidí ir a un centro comercial y relajarme un rato mirando las tiendas, pero decidí y a los callejones, compre varias cosas, entre ellas un lindo vestido negro y unos botines del mismo color. Definitivamente tengo un grave problema con el negro, pero me gusta mucho, no importa. Nunca me han gustado los otros colores, me parecen demasiado llamativos, y bueno debido a mi "trabajo" el pasar desapercibida ya es una costumbre.
Mientras comía un helado tranquilamente un hombre de repente me arruino la tarde.
Un hombre alto de cabello castaño de piel pálida y ojos hermosamente verdes, muy guapo el desgraciado, se tropezó conmigo y me tiro todo el helado encima y ni siquiera trato de ayudarme con nada, solo se rió y se fue, maldito, ¿que se cree?.
¡Me caí y todo el helado me cayo encima idiota, ayúdame!- pensé mientra me levantaba y trato de limpiarme un poco, menos mal que me gusta el negro, es muy conveniente en estos momentos.
Llegue a mi casa, aun molesta con el guapo desgraciado que me hizo caer. Me saque la blusa y la puse en la ropa sucia, deje mis cosas en la cama y me di una buena ducha.
Al salir recibí una llamada desde mi teléfono de "trabajo".
-Buenas noches, ¿hablo con Jane?
-Si, ¿quien habla?
- Soy Bob Mayer, jefe de la mafia estadounidense, tengo una trabajo especial para ti.
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A OSCURAS
RomansaA veces no quisiera matar a tantas personas... pero luego recuerdo que ninguno merecía vivir y se me pasa.