¡Feliz cumpleaños, Patrick!

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Treinta y dos años no son fáciles. No se puede decir que no son la gran cosa, porque visto de una manera lo son, pero visto de la otra no. Es relativa la importancia, claro, pero esa no es la cuestión. La verdadera cuestión es cómo festejas un cumpleaños.

Patrick Stump ha tenido esa pregunta en su cabeza durante 15 años.

Hasta los 16 años de edad, sabía la respuesta, o creía saberla, pues "la manera correcta de festejar su cumpleaños" siempre creyó que era estar en la casa de algún familiar, con pastel, su comida favorita, y seres queridos. Dieciséis años así te hacen creer que "así" es lo correcto y lo normal.

Cuando Patrick cumplió 17 años fue la primera vez que su cumpleaños no fue festejado por su familia. Cuando él cumplió 17 años, su cumpleaños fue festejado por una cantidad considerable de desconocidos, en una casa no tan desconocida. Él no se sentía tan cómodo, pero Pete había trabajado pseudo-duro para esa fiesta, así que disfrutó lo que pudo.

Y así fueron semejantes sus siguientes cumpleaños, sólo que cada año la cantidad de invitados disminuía; y no porque Patrick le contara a Pete que esas fiestas le incomodaban, sino porque Pete comenzaba a tratar a Patrick distinto. Cada año su relación, al igual que las tallas de ropa de marca, se estrechaba más. Patrick ya no era un amigo más; ya no era "uno más" al cual encimarse sólo porque sí, ya no era "uno más" con el cual comportarse como idiota, ya no era "uno más". No, él se convertía en "el amigo": "el amigo" por el cual Pete se dejaba de comportar tan estúpidamente, "el amigo" que lograba controlar a Pete, "el amigo" que regañaba a Pete, "el amigo" que, increíblemente, hacía que Pete se sonrojara.

Entonces, por una obviedad, Pete comenzó a hacer las fiestas "menos fiestas" y "más tú y yo".

Fue su cumpleaños #21, cuando Patrick dejó de representar un peligro ilegal para Pete, que sus cumpleaños dejarán de festejarse como fiesta nacional (al pesar de Pete), y eso lo alegró. Ese día fue una salida sencilla con los chicos, aunque Pete se comportara raro todo el día, y lo disfrutó mucho. Fue feliz, sin fingirlo. Luego, cuando Joe y Andy se fueron, Pete dejó de actuar raro y lo invitó a su depa (con excusa de querer darle algo especial).

"No necesitas darme algo, Pete. Hoy disfrute mi cumple, gracias", le dijo, esperanzado de librarse de eso.

"No seas así, Patrick. Además, ya no puedo regresar el regalo", contestó guiñándole.

Entraron al departamento, que estaba a oscuras, y fue cuando Patrick quiso en verdad haberse librado de lo que estaba viendo.

Si creyó que Pete era un idiota cuando le decía "Eres mi Pattycakes" y lo abrazaba de una manera que a Patrick le provocaba ganas de vomitar (de manera positiva); ahora estaba seguro de que se equivocaba.

Una escena de lo más cursi se presentó ante él: un camino de velas y pétalos rojos lo dirigían a algún lado del depa de Pete (lado que sabía perfectamente cuál, pues conocía ese lugar como a su casa misma).

No lo podía creer. Es que Pete era un retrasado, un estúpido, un enfermo... un cursi sin remedio que sabía qué le gustaba a Patrick.

Volteó a verlo, encontrándose con una sonrisa hijoputezca que Patrick sabía utilizaba para esconder su inseguridad. Alzó las cejas, interrogando.

"Tú...", comenzó Patrick, pero la voz se le escapó, pues ni siquiera ella tenía el valor ahora. ¿Estaba sonrojado? Él sabía perfectamente que sí, y más de lo que había estado en su vida. Echó otra mirada rápida a el camino y se volvió a concentrar en Pete y en cómo sus ojos se achicaban y se arrugaba su piel al final de éstos por la sonrisa que mantenía.

Tragó, y tras darle un zape (que trató que no fuera duro, pero sabía que no controlaba su cuerpo en esos momentos y que probablemente le dio más fuerte de lo que hubiera querido), lo tomó por las mejillas con ambas manos y lo atrajo hacía sí, besándolo como si con eso su sonrojo y que ganas de llorar se fueran.

"Te odio tanto, Pete...", dijo al separarse, con las frentes unidas.

"También te amo Patrick", alcanzó a decir antes de que Patrick volviera a comérselo. Aunque esa noche Patrick fue el comido.

Ahora esa era la nueva manera en cómo sus cumpleaños se festejaron. Y fueron las más felices para él durante años. Nadie sabía, y eso ellos lo quisieron así; más privado, más "tú y yo".

Entonces Fall Out Boy creció más de lo que esperaban, y con ello Pete fue menos de lo que Patrick quería.

Patrick entendió perfectamente que su cumpleaños ya no era de él y de Pete, cuando en uno de ellos Pete ya no llegó por estar con Mikey (alguien que sabía que no era el culpable). También entendió que había dejado de ser lo que Pete quería y que debía de aceptarlo. Y sus cumpleaños volvieron a ser lo que fueron antes de Pete, pero eso no importaba porque él estaba con los que quería, ¿no? ¿Y no es así como los cumpleaños se festejan?

Fall Out Boy creció aún más, al igual que Patrick. Sus cumpleaños volvieron a festejarse como fiesta nacional, pues cientos de desconocidos lo felicitaban, a la par que sus seres queridos, y aunque Pete también lo felicitaba y de vez en cuando estaba ahí, sabía que esa no era la manera correcta de festejarlos.

Ya no podía hacer nada, lo sabía; Pete le había enseñado la manera correcta de festejar sus cumpleaños, pero se le había quitado. Justo, ¿no? Si él le había enseñado, también él se lo podía quitar.

Llegó Elisa, he hizo que Patrick volviera a sentir correcta esa manera en cómo sus cumpleaños se celebraban. Y luego le dio a Declan, y esa manera se intensificó. Así era cómo debía de celebrar sus cumpleaños, definitivamente lo sentía. O eso quería creer, pues aunque lo negara, su adolescente interior seguía creyendo que la manera era correcta, pero no la persona.

Hoy Patrick cumple 32 años, y tras haber sido despertado por Declan con un gorro de cumpleaños, balbuceando "papá" y por Elisa besándolo en la boca, llevándole el desayuno a la cama; sabe perfectamente que miles de felicitaciones por Instagram y Twitter lo esperan, al igual que una cena con pastel con sus amigos, donde quizás esté Pete.

Pero eso no lo alegra al 100%, quizás 99.99%, lo que completa satisfeactoriamente este día es el mensaje por privado que le espera en su móvil.

Tras haberse ido Elisa por algunas cosas para esta noche, dejándole a Declan, toma su celular y ve la notificación del mensaje, y también el remitente. Entonces sonríe como esa vez que tenía 21 años y desea tenerlo cerca para golpearlo.

Como años atrás, Declan ve cómo su padre libera un par de lágrimas, y cómo la piel de su rostro se torna rojiza, mientras sostiene el aparato.

-Eres un idiota... 


De: Pete

"¡Feliz cumpleaños, Patrick! Nos vemos esta noche, ya sabes ;) 

Ya eres todo un niño grande, amigo.


Aún sigo deseando que regresáramos a cuando tenías 21 años.

Perdóname por haberme perdido tantos cumpleaños.

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Desde hace un año quería hacer esto, pero el tiempo no me dejaba. Tenía que hacerlo este año sí o sí.

¡Feliz cumpleaños, Patrick Stump!

[Modificado el 11 de abril del 2018]

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[Modificado el 11 de abril del 2018]

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