El frío atravesó su abrigo y penetró en su piel, envolviendo sus huesos. Liam Payne había sido guardabosques durante quince años, pero nunca había sido más miserable. La lluvia no caía en gotitas. Caía a raudales. El delgado poncho y su maldito sombrero no hacían nada por protegerle, y el barro se agarraba fuertemente a sus botas. Cada resbaladizo paso amenazaba con lesionarle, y se agarró inútilmente a las afiladas ramas y los ásperos troncos, intentando mantener el equilibrio.
Liam intentó consolarse con promesas de una ducha caliente, café caliente con whiskey fuerte, una cama caliente, quizá, un cálido cuerpo si podía encontrar uno. Pero su cuerpo no era engañado. Su carne no podía ser aplacada con promesas vacías, y en ese momento, no podía creer que existiera algo caliente en ningún sitio. Habría caminado fatigosamente hacia su camioneta, pero todavía había una cabaña por evacuar antes de que se cerrara la carretera. Dos inquilinos, según el manifestó que le habían dado. Por supuesto, tenían que alquilar la cabaña que estaba más lejos de la carretera.
Casi se golpeó con la puerta antes de darse cuenta de que había llegado a la cabaña. La visibilidad era mala, pero dudaba que los inquilinos tuvieran un poderoso 4X4. Tendría que llevarlos en su camioneta. Apretando su mano en un puño, llamó a la puerta.
Algo arañó el suelo.
- ¡No me importa si estás de rodillas! -Gritó un hombre-. ¡Vete!
¿Qué jodidos?
-Estoy de barro hasta las rodillas, ¡señor! -Gritó Liam por encima de la lluvia.
Ahora que prestaba atención, escuchó un débil sonido de música, un bajo palpitar que habría hecho vibrar el cristal de las ventanas si la lluvia no lo estuviera haciendo ya.
Esperó con la cabeza doblada contra el viento. El pomo de la puerta tardó mucho en girar finalmente.
Solo se abrió un poco. A través de la apertura, un par de ojos marrón oscuro enmarcados con gruesas pestañas, lo miraron.
-No eres Austin.
-No, señor. Soy el guardabosque Payne. Hay una advertencia de inundación y estamos evacuando la zona.
La mirada del hombre parpadeó sobre el hombro de Liam, y abrió la puerta un poco más para ver los árboles devastados que rodeaban la cabaña. Había algo familiar en él, algo que a Liam no le venía a la mente. Más pequeño y flexible que Liam, llevaba una camisa blanca arrugada con un elegante logo sobre el pecho. Su cabello negro era corto, remarcando sus pómulos y mandíbula, y eso hacía que sus rasgos orientales fueran incluso más exóticos. Guapo, Liam lo habría llamado, si no estuviera de pie en medio de la tormenta del siglo y el hombre no estuviera arrastrando sus pies para salir de la cabaña.
—Solo es un poco de lluvia. —El hombre rio, aunque no había nada de divertido en el sonido—. Confía en mí. Sé de lluvia.
¿Un poco de lluvia? Era fácil para este tipo decir eso. Todavía estaba dentro de su perfecta cabaña seca. No tenía el agua helada golpeándole en el rostro y mojando su ropa.
—Bueno, sé lo que pasa con carreteras de tierra cuando hay inundaciones repentinas. —Liam no se molestó en esconder el enfado en su voz—. Por favor coja su abrigo, señor. Necesitamos llegar a mi camioneta.
Reconoció la cabezonería en la forma de su mandíbula antes de que el hombre dijera una palabra.
—No lo creo. Pagué por todo el fin de semana. Esto acabará antes de la mañana y las carreteras estarán bien para el lunes.

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Fuera de la tormenta
FanfictionCuando llueve, diluvia. El fin de semana romántico del hombre del tiempo Zayn Malik con su novio Austin, acaba en desastre antes de que pueda empezar. Austin lo deja y abandona su cabaña justo cuando el cielo se abre y pronto la montaña se inunda de...