"Superando"

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La mañana siguiente...

No pude dormir en toda la noche, estuve despierto pensando en ella, me la pase llorando y lamentando el no poder haber llegado antes. Me caga ser inpuntual.

Eran las 4:35 de la madrugada, baje a la cocina y me serví un vaso de leche, me dio un mal sabor de boca después de tomar el primer trago, la sentía amarga, hasta el sabor de las cosas se me había ido.

Me seguía preguntando, ¿Por qué no yo? Demonios, la culpa me invadía aunque realmente no la tenía.

Subí a mí habitación, me acosté, y puse en mi telefono música para relajarme un poco. Tomé los auriculares y me acosté y gracias al cielo, al fin pude dormir.

***

Desperté exactamente a las 10 de la mañana, me sentía muy cansado.

Me dirijo hacia la puerta, con una playera morada y un pantalón semi entubado blanco. No queria ir de negro, así que me puse la playera morada para ir al entierro, ya que el morado era su favorito.

***

Estando en el cementerio, ya casi llegando al final de todo esto, me acerqué al ataúd de Isabella, lo beso y me solté a llorar como un niño cuando le quitan su dulce, no quería que me la quitaran, estaba aferrado a la caja.

~¡Suelta eso Kevin, es momento de dejarla ir!~ Me dijo Aldo, mi mejor amigo. ~¡Sueltala ya!~. Me siguió diciendo mientras me jalaba, pero al final lo termine soltando con todo el dolor de mi corazón.

Era la última vez que la veía, la última.

Empezamos a echar tierra donde el ataúd estaba, y así poco a poco la fuimos enterrando. No se que hare sin ella en verdad, la necesito, es el amor de mi vida, es, ella. Me duele mucho pensar que nunca jamás la volveré a ver, pero se que donde quiera que este, ella me quiere ver feliz y hacer una mueva vida. Tres años no se olvidan fácilmente, y no quiero olvidarla.

Fui hacia mi auto y lo puse en marcha hacia mi casa, en verdad quería estar sólo.

Cuando llegue a casa, mamá estaba ahí, y me abrazó, tenía tiempo que no vivía con ella, ya que Isabella y yo teníamos un pequeño departamento un poco lejos de mi casa y la de ella.

Si, tan en serio íbamos que hasta vivíamos juntos. Era un departamento no muy grande pero tampoco tan pequeño, nos queda baño juntos ya que la escuela nos quedaba muy cerca, tan cerca que hasta caminando nos íbamos, mi camino no volverá a ser el mismo, ya no habrá con quien vaya tomado de la mano. El departamento tampoco será el mismo, no tendrá su estruendosa risa, no me darán los buenos días, desayunaré sólo, comeré sólo, cenaré sólo... No volveré a escucharla decirme "Te amo".

Mierda la extraño tanto.

*ding, dong*
Sonó el timbre, abrí la puerta y eran mis amigos: Aldo, Pablo, Alex, Tavo y Alfredo que al unísono gritaban en forma de canción "equipo moral, equipo moral", son tan graciosos y más Aldo que siempre me hace reír cuando me ve triste.

(Aldo es aquel de esos amigos que no le importa si le pasa algo ayudándome, el siempre esta ahí cuando lo necesito al igual que Alex, a él lo conozco desde hace ya quince años, Pablo y Alfredo son amigos de la vida que se metieron de repente para hacerla más fácil, amo a mis amigos, claro, lo digo en buen sentido.)

Después de estar un rato bebiendo unas cuantas cervezas, a Pablo se le ocurrió salir en auto a dar la vuelta al centro. Siendo sincero, no tenía muchas ganas de ir, sólo quería estar en mi casa viendo películas en Netflix pero, creo que ese plan podrá esperar.

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Hasta aquí el capítulo, nos leeremos después, espero y les haya gustado. Nos leemos pronto, no olviden votar y compartir esta pequeña historia. Adiosin.

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