¿Sabes, Isabel? Una vez más me has salvado de cometer una tontería. Después de tu muerte intente reunirme de nuevo contigo.
Creí que éste mundo estaba carente de ti, que al irte te habías llevado tu esencia, esa a la que me había vuelto adicto. Y bien es cierto que las adicciones generan dependencia, si tu esencia no regresaría yo iría en busca de ella.
Hacerlo me dejó varado en un lugar oscuro. Ahí me di cuenta de que nunca me habías abandonado, es más, yo me había apartado de ti.
El mundo que había dejado atrás tenía los colores, la música, las cosas que tanto te gustaban. Ese mundo te tenía a ti.
Por eso decidí regresar, ya no estoy solo, cada cosa de éste mundo me recuerda a ti. Me basta con sólo mirar el cielo para recordarlo.
