Mi Primer Amor

1. El primer día

Riiiiiiiiiing - Riiiiiiiiiing
Eh? Que pasa? - Era ese maldito despertador que anunciaba lo que más temía que llegara: el primer día de clases.

Me llamo Natalia, no soy muy estudiosa que digamos pero tampoco soy la peor. Mis padres se habían divorciado, vivo con mi mamá en las afueras de Cansas. Nos habíamos mudado para empezar de cero. Nueva ciudad, nuevos amigos, nueva casa, nuevo colegio... Todo nuevo.

Me habían matriculado en la Escuela de San Lorenzo, para cursar el 4to año de secundaria. Nos habíamos mudado de ciudad por segunda vez. Me consideraba una chica sexy (y lo era) y me gustaba provocar a los demás. En mi anterior escuela llegué a tener más de 15 novios pero por ninguno llegué a sentir algo de verdad. Me consideraban un juguete, un trofeo pero me gustaba ser el centro de atención.

Eran las 6:00 am cuando el despertador sonó por segunda vez, anunciando que no tenía otra opción que levantarme. Lo hice y me metí a la ducha. Era una mañana calurosa, estábamos a 29 grados según el termómetro que tenía en una de las paredes de mi cuarto. El agua se llevó el sueño que me quedaba. Salí y me cambie. Me puse mi sostén favorito, uno de color turquesa, un calzón del mismo color, una blusa celeste semi transparante y una falda azul, un "poco subida" para provocar a quien me mire. Después bajé y luego de tomar mi desayuno fuí a mi nueva escuela. Iba a pie por que estaba a pocas cuadras de mi casa (3).

Al llegar entré y ví varios chicos guapos. Tenían ojos celestes, eran blancos, delgados, rubios, altos... Me sentía en el paraíso. No conocía a nadie pero no me puse triste ya que en cualquier momento un chico guapo se me acercaría. Tocó la formación y cuando acabó entramos a los salones.

Estaba absorta en mis pensamientos que no me dí cuenta que un chico venía corriendo porque aparentemente se le había hecho tarde. Nos chocamos y yo caí de espaldas y el también. Los niños que estaban atrás mío fueron a ayudarnos. Estaba media atontada aún por el golpe cuando siento una mano que se extiende para ayudarme.

Me fijé bien quien era y vi que era el torpe que me hizo caer. Decidí vengarme y agarré su mano pero en vez de pararme lo jalé hacia mi cayéndose de cara. Una profesora nos vió y nos mandaron a la dirección.
Al llegar donde la directora, esta nos quedó mirando. Yo estaba roja de la vergüenza y él... Bueno, tenía los labios hinchados, sangrando y los ojos morados a causa del fuerte golpe.

- ¿Quién de los dos tiene la culpa? - preguntó la directora rompiendo el incómodo silencio que reinaba en la habitación.

El chico y yo nos quedamos mirándonos sin saber que decir y fué ahí cuando lo ví bien. Esos ojos celestes como el cielo, su cabello castaño claro... era hermoso. Tenía ganas de conocerlo bien. Él también se me quedó mirando, estábamos metidos en nuestros pensamientos cuando esa vieja de la directora nos gritó:
- ¡¡¡Déjense de mirarse y respondan!!!
En ese momento salí de mi trance y estaba a punto de decir yo cuando el otro chico se levantó y dijo:
- Señora Directora, yo tengo la culpa. Yo fuí corriendo y me choqué con ella.
- Muy bien Jacob, estás castigado. Sin recreo por una semana - dijo la directora.
Nos botó de su oficina y, al estar ya solos (o eso creía) decidí preguntarle por q lo había hecho. Me acerqué para hacerlo y una chica llegó corriendo y lo abrazó.

Era fea, no se parecía en nada a mí pero sin embargo se veían enamorados. Me dió igual, me parecía tierno pero estaba seguro que encontraría muchos chicos mejores que él.

Regresé al salón y muchos chicos se me comenzaron a acercar. Pero hubo uno que no se acercó y me llamó la atención. Se veía diferente a los demás, no era esa clase de enfermos que ven unas curvas y se acercan al toque, era especial. Tenía un brillo en los ojos, un rubor en sus mejillas y una mirada tan tierna que sentí, por primera vez en mi vida, unas mariposas en el estómago y un calambre que recorría mi cuerpo.

Era una sensación nueva para alguien que nunca se había enamorado y que a sus 15 años, ya había sido probada por más de uno.