Aquella mañana, había tomado un baño en el agua helada del río, peinó su cabello hasta no dejar mechón sin cepillar y decidió dejarlo suelto, sin ningún moño o coleta; desdobló con cuidado una yukata amarilla e hizo que Sango atara su obi con el lazo más hermoso que conociese, finalmente, con las getas en los pies salió corriendo de la casa de Kaede.
Unos metros detrás del pozo de cadáveres, la estaba esperando su Señor Sesshomaru.
Habían pasado unas semanas desde que él le había hecho una promesa, llevarla en una extraña expedición para encontrar un extraño artefacto de alguna extraña criatura. Rin había insistido de una manera astuta, menos infantil según ella creía, para poder acompañar al señor Sesshomaru en uno de sus viajes, había pasado mucho tiempo desde la última vez; su insistencia dio frutos.
Fue corriendo a su encuentro, él se volteó y la vio.
- Señor Sesshomaru – gritaba a viva voz, sonriéndole y agitando la mano con efusividad.
- ¡Date prisa Rin! ¡Cuánto tiempo crees que te estamos esperando niña!
Se detuvo de la nada y vio al costado del pantalón blanco de su señor a un duende con un bastón, saltaba en un pie y luego en otro y daba muchos alaridos.
- ¿eh? – lucía decepcionada – el señor Jaken también ha venido...
- ¡Y que esperabas niña! – le gritó – el amo Sesshomaru jamás me dejaría atrás... jajaja... jejejeje – empezó a reír efusivamente.
- Rin, vámonos – después de su cortante frase, Sesshomaru les dio la espalda y comenzó su camino.
Deambulaba, ya no caminaba con seguridad y ánimo, su cuerpo se tambaleaba como una pluma y avanzaba por la corriente del aire ¡Qué terrible decepción!
"¿Cómo?... ¿Cómo llegué a esta situación?... planee todo, ¡planee toda la cita! el señor Sesshomaru y yo comiendo sandía, el señor Sesshomaru protegiéndome de los monstruos y cargándome en sus fuertes brazos, el señor Sesshomaru luciendo cool al encontrar quien sabe qué... ahhhhh... además no ha dicho nada de mi peinado, se supone que notaría la diferencia... y la yukata amarilla que me puse debería hacerle recorla el beso que nos dimos... el beso... el beso... WAAAAAAAAAAAAAAAA"
Rin de la nada se ruborizó y tropezó con una piedra, cayó estrepitosamente contra el suelo llego de gravilla pero se levantó al instante diciendo que todo estaba bien, se sacudió el polvo de encima y les siguió el paso a sus acompañantes.
- Oye Rin... será mejor que camines bien sino serás un estorbo para nosotros – le dijo el señor Jaken – no sé cómo el amo Sesshomaru aceptó traerte – susurró.
- Señor Jaken, si hablamos de estorbos, usted sale ganando – cruzó los brazos y le volteó la cara.
- ¡Qué dices niña!
- ¡Ya no soy una niñita pequeña! – "¿esas palabras iban dirigidas al señor Jaken o al señor Sesshomaru?" – soy mucho más alta que usted señor Jaken.
- ¡Qué! ¡Qué! ¡Qué! ¡qué insolente!
El camino se había hecho estrecho, un panorama sinuoso se presentaba al frente, la niebla se hacía densa a cada paso y el silencio se expandía de una manera escalofriante, de no ser por la escandalosa discusión que sostenían Rin y Jaken a espaldas de Sesshomaru.
- Ya cállense o los tirare al pantano a los dos – el tono de su voz sonaba molesto... como siempre.
- ¿Pantano? – repitieron Rin y Jaken al unísono.
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Siguiendo tus huellas
FanficDespués de algunos años de que Rin ha permanecido viviendo lejos de Sesshomaru, la relación entre ellos empieza a formarse de nuevo poco a poco ... pero esta vez de manera romántica, Rin descubriendo nuevos sentimientos de amor en su corazón y Sessh...