Un inicio y una noche sin dormir.

6 2 0
                                    

"¿esta es la nueva casa?"dijo Alissa mientras abría la puerta, sosteniendo en sus manos una caja. Subió a reclamar su cuarto, antes de que su hermano menor se le adelantara.

Abrió la puerta del primer cuarto, era un cuarto muy grande, con un enorme armario y su propio baño, parecía un sueño, pero su mamá ya había marcado que era de su propiedad.
Abrió la segunda puerta, era un espacio mediano, paredes blancas (ella amaba el blanco) y una gran ventana frente a la entrada que captó su atención, las paredes eran altas y el techo liso. A simple vista el cuarto no tenía nada especial, un cuarto cualquiera al que le faltaba una arreglada, pero ella lo veía perfecto.
Por curiosidad, se fue a fijar al tercer cuarto, si acaso abrió la puerta y la cerro.
-mamá, quiero este- gritó desde el segundo piso esperando que su mamá la escuchara. Colgó en la puerta una "A" que ella misma había hecho, era su forma de marcar su territorio.
Al poco tiempo escuchó a su hermano entrar, haciendo un escándalo, como era de costumbre.
-Shaco, ya te quité la oportunidad de elegir- (Shaco era como ella llamaba a su hermano, su verdadero nombre era Isaac)
-De seguro escogiste el más feo-
-y también el segundo más grande- dijo con una voz cantarina y engreída.
El camión con los muebles más grandes llegaba mañana, para la mamá de Alissa (llamada Valeria, por cierto) era un martirio, pero para Alissa un alivio. Metieron todas las cajas que tenían la ropa, los jueguetes, adornos y otras "chucherías" a la oficina y se pusieron a limpiar toda la casa profundamente, excepto la oficina, en la que no cabía ni un ratón de llena que estaba.
-Babi (así llamaba Alissa a su mamá) ¿crees que la abuela no se vuelva loca de cuidar a Conni? (su perrita cocker spaniel)
-no creo, Conni es muy obediente.
-pero la abuela muy histérica.
Al finalizar la tarde, luego de comerse una enorme pizza, Alissa fue por una caja enorme que tenía en la oficina y se encerró en el cuarto, se recogió el cabello en un enorme moño, se puso una camisona vieja y manchada y comenzó a hacer lo que tanto anhelaba, un mural en el cuarto.
Hizo un enorme árbol de flores de cerezo, en la pared donde iría su cama. En el techo, puso estrellas y planetas con una pintura de neón. Luego venía la parte fea, limpiar el piso.
Hacer todo esto le tomó hasta las 5;00am.
-Ya no dormí, pero valió la pena- se dijo a si misma y bajó por algo que comer, pizza, porque era lo único que había, tampoco era que le molestaba.
Luego de comer se fue a bañar y a intentar quitarse todas las manchas de pintura, que ya era costumbre para ella, pero igual era tedioso. Puso música mientras se duchaba (como era costumbre) y en paño, se fue a la oficina a buscar su ropa, un short negro y una camisa de Iron Man.
Alissa salió de su casa a recoger a su perrita de casa de su abuela, y luego a dar una vuelta para conocer su nueva ciudad, para parar en el parque y toparse a una cara familiar.
-¿quién c*ño es? Juro que lo conozco- se dijo a si misma al ver a un chico que caminaba cerca.
-¿Ese no es...? Estoy segura de que sí es...-

Rizos blancos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora