21.

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No me pidan más, no insistan.
No soporto tanto, me muestro mas fuerte de lo que soy.

Estoy destruido por dentro. Mi cabeza juega conmigo.
Tu no juegues, por favor.

¿Recuerdas cuando fue la última vez que sonreíste de verdad?
Yo no recuerdo haberlo hecho alguna vez.

Todo es confuso. Mucho.
No me hagas jugar más.

No sé que es lo que quiero, y que es lo que no.
Ayúdame. Ayúdame a saber.

Si, lo sé.
¿Si yo no puedo ayudarme, quién más?

Igual, ya no importa.
Volveré a ser el robot frío y oxidado.
El que no para de sonreír, aunque no siente nada.

Locuras de un Poeta DesesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora