Capítulo 1.

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Enojada a más no poder camino por el pasillo de la iglesia, no entiendo como Pernalete puede ser tan idiota.
No puedo creer que ahora mismo Santos Luzardo esté encarcelado.

Me siento un poco ridícula ahora por haber montado este espectáculo con tanto empeño para que Santos éste encarcelado.

Aunque tengo la satisfacción de saber que fue capaz de soltar sus fieras y dejar a un lado su orgullo de hombre de la capital... Por lo menos ésta vez. Lastima que no pude haberlo visto, el centauro Luzardo siempre es un acto digno el cual presenciar.

 Lastima que no pude haberlo visto, el centauro Luzardo siempre es un acto digno el cual presenciar

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Respiro profundo antes de caminar hasta el altar donde Florencio me espera. Vestido de blanco, su cara expresa un poco de incomodidad y nerviosismo.

, como si se fuera a casar de verdad.

Estoy sumergida en mis pensamientos y en mis burlas hacia el cantante cuando escucho unos pasas detrás de mí.

-Santos...-Susurro con el corazón a mil. Volteo con la esperanza de que sea él y me saque de ésta locura que yo misma cree.

Pero no es él, observo como León Mondragón se acerca a mi corriendo. Por un demonio, ¿Y ahora qué?

-Doña...-Se quita el sombrero.

-¿Qué pasa por qué vienes de esa manera?-Preguntó observándolo con el ceño fruncido.

Lo había mandado hace rato a que terminara con el Chepo porque tenía una extraña sensación.

Antes de que continúe hablando observo como Santos Luzardo entra en la iglesia con una sonrisa de superioridad acompañado de Antonio Sandoval. Me dedica una mirada burlona antes de sentarse.

Me lleno de rabia, ¿No me cree capaz de hacerlo, eh?

Estoy harta de él, harta de su gente, de sus malos tratos, estoy simplemente harta de que me compare y crea que todos hemos llevado una vida de rosas como la de él

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Estoy harta de él, harta de su gente, de sus malos tratos, estoy simplemente harta de que me compare y crea que todos hemos llevado una vida de rosas como la de él.

-... No sé como se escapó, mi doña.-Escucho decir a León.

Maldita sea.
Siento como el mundo se detiene y se sacude de manera brusca.

Doña Bárbara: No Me Compares.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora