Un Día Con La Muerte

La masacre

Al pasar de los años, llego una oportunidad, bueno así lo veía yo, entrar al preescolar podía ayudarme, pero no fue así. Mi apariencia poco femenina y agraciada asustaba al resto, la miss como la llamaban, me maltrataba y siempre me mandaba al rincón de los apestados, diciendo que ahí debía estar.

Mi madre siempre se olvidaba de mí, siempre era la ultima en salir de ese lugar y por cierto muy tarde. La miss aprovechaba para que le hiciera la limpieza de algunas áreas, en lo que encontraba a alguien.

Así fue casi un mes hasta que llego un tipo alto, delgado de apariencia no muy buena un tanto rubio y de muy mal carácter. Los primeros días después de na salida, me quedaba y él trataba de sacar conversación, sin obtener nada de mi parte solo miradas, hablaba mucho lo recuerdo bien, era tarde y mis padres comí siempre no llegaban, esa noche no fueron por mi fue la primera vez que sucedía. No se si fue suerte pero al tipo me dejo quedar con él.

Has de tener hambre dijo mientras servía algo en un platón, para después ponerlo frente a mí, come un poco y luego ve a dormir, tal vez mañana vengan por ti. Me quedaré por allá señalo por si necesitas algo.

Al día siguiente me levante muy temprano y salí del cuarto sin hacer ruido, camine a la salida y cabía perfectamente por debajo del portón, llegue a la calle y ví a lo lejos a mis padres, corrí hacia ellos y los abrace. Ellos estaban furiosos, tiraron de mí y todo el camino a casa fue golpe tras golpe, sólo decían que esto era por tratar de dejarlos. No entendí nada de lo que decían, pero tampoco podía defenderme, la gente no hacia nada para ayudarme parecía que no existía para nadie o tal vez era invisible y eso hacia que no vieran como caía la sangre por tantos golpes.

Por suerte es sábado y no tenia que volver a la escuela, pues como esta ahora si iba a espantar a todos. Me quede esos dos días en el lugar que consideraba mas seguro por ahora, ese lugar era bajo mi cama, no salí de ahí hasta el lunes en la madrugada para tomar un baño.

El tiempo pasaba lento y rápido a la vez un mes después de que conocí al hombre que limpiaba empezó a cambiar todo.

Sus ojos sobre mi me incomodaban, veía como mantenía su mirada sobre mía piernas, pues mamá siempre ponía faldas o vestidos, nunca pantalones por que ella decía que eran para hombre. Así fue un mes, pues ahora si venían por mi diario, mi padre iba por mi para ayudarlo a vender dulces, aunque me dejo bien claro que no podía tomar ninguno para mí o lo lamentaría.

Los días pasaron y papá con su negocio creció un poco, tanto que no necesitaba de mí ya y dejo de ir. Mi madre tomo su lugar e iba por mi con un hombre muy simpático, que siempre tomaba de mi oído con su labio tirando de el y hacia reírme, no sabía que estaba mal hasta que mamá lo vio y abofeteó a los dos, a el lo corrió y a mi masacró a golpes tiro de mi pelo quedándose entre sus dedos cabellos mios, gritaba que era una zorra que le quería quitar a sus hombre, me tiro al suelo y comenzó a patear me en el vientre. El dolor me hacia encoger me y en ese momento golpeo mi cara dejando una marca en ella.

Decía que con eso en mi cara ya ningún hombre se fijaría en mi y que esto no hubiera pasado si yo no me hubiera metido con su hombre repetía siempre para recordarme que él era suyo.