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-No puede ser...¡FUNCIONA JODER!

31 años de trabajo sin descanso reducidos en un solo segundo... probablemente el mejor día de mi vida, ¡tengo que probarlo ya! espera no seas precipitado hijo de puta. Volteo hacia a mi izquierda, diablos ¿es en serio? ¿un puto gato sera el primero en viajar en el tiempo? probablemente regresare en el tiempo para evitar eso y ser yo quien lo use por primera vez. 

Aliste a mi gato pelusa, blanco y tan suave como un algodón, le puse un traje ultra térmico capaz de resistir mas 500 grados sin siquiera hacer sudar al que lleva dentro obvio no pude colocárselo bien, pero por lo menos no se haría cenizas a tanta velocidad, lo amarre ala silla negra con un laminado de 10 cm de bronce para evitar que se derritiese en el transcurso del viaje, y le puse una cámara ala silla para dejar este momento ala posteridad y cerré la puerta de cristal.

-Bueno es hora pelusa, ¡has historia!

Mi gato solo maullaba por que le dejase salir, pero no importa, ¡todo sea por la ciencia! Cerré la compuerta de la maquina y aplane en el teclado de mi computadora que estaba conectada a la maquina "-" que indicaba que quería ir hacia atrás en el tiempo y 604800 que son los segundos que hay en una semana pulse unos cuantos códigos mas y presione enter. 
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Esto estaba comenzando, sentí como temblaba un poco el suelo, la maquina era un especie de túnel de viento con vías, el punto era que los vientos corrieran a mas de 300.000 km/s lo que equivale la velocidad de la luz lo cual aria que la silla fuera tan rápido como para romper la barrera del tiempo. Si iba hacia atrás, viajaba al pasado, si iba hacia en frente, viaja al futuro así de sencillo ¿no?, me pregunto porque habré tardado 31 años en resolverlo. Corrí  hacia atrás de la maquina para verificar que hubiera desaparecido pelusa, y ¡sorpresa! hasta la silla no estaba...

-¡HIJOS DE PUTA LO EH LOGRADO, COMETE ESO Stephen Hawking ! Exclame con tanta alegría, casi llorando.
-¡CALLATE!-grito carl mi hombre de confianza y compañero de aventuras - ¿donde rayos se fue la silla?... Espera. No puede ser.
-¡Lo eh logrado Carl!- le dije muy extasiado, el me miro con los ojos en blanco, de repente corre y me abraza.
-Dios mio, ¿y no me pudiste hablar antes de probarla?- me dijo arrastrando palabras a causa de su llanto.
-Lo siento Carl, es que no pude evitarlo estaba demasiado extasiado, parecía niña de 15 con las bragas mojadas.
-Bueno que mas da Jeff.- dijo, mientras sacaba su celular del bolsillo.
-Bueno los números ganadores de esta semana son, redobles por favor.- Empecé a  mover los dedos como su estuviera tocando un tambor y imitando el sonido del redoble. 032011757104, ¡y esto por 10 millones de dolares, seremos millonarios Jeff!
-No solo eso, tal vez podamos ver dinosaurios, hablar con Einstein, ¡hasta conocer a Hitler!- dije muy emocionado y entre risillas.
- Hijo de puta, no. Seguro me manda a matar el muy desgraciado. Carl era un Judio un poco adinerado no millonario pero si gozaba de mustangs y botellas buchanans, lo conoci 18 años después de empezar el proyecto. Era un joven adinerado y musculoso con chicas y alcohol por todos lados,  era un desastre total aunque también era inteligente, era dueño de un gimnasio grande y con un poco de fama. Pero todo cambio un 28 de julio a las 4 de la madrugada mientras regresaba de un antro con su novia, llevaba 9 años con ella y sin casarse, diablos eso era amor, conducía todo borracho  entonces paso lo inevitable se salto un alto un auto se incrusto del lado del copiloto, haciendo tortilla a su novia, el quedo empapado de sangre de su novia y el solo tuvo un brazo roto y una costilla rota. Después de un mes de eso, me busco, aun no descifró como me descubrió, me propuso darme todo el dinero que necesitara con la condición de que viajaríamos en él tiempo para salvarla. Yo acepte.

Otra Vez No.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora